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Quizá el cuarto en el que se encontraban no era la mejor opción para avanzar a terrenos poco explorados, pero poco le estaba importando a Yuuri cuando cada parte de su cuerpo pedía a gritos un contacto más cercano con el Alfa. Viktor ni siquiera le impediría avanzar tanto como quisiera, ambos deseaban un contacto más íntimo, incluso antes de que marcaran el cuello del contrario.

Yuuri se vio obligado a detenerse y separarse del peliplata cuando un pequeño quejido salió de este cuando sin darse cuenta, había pasado una de sus manos sobre las vendas que estaban cerca de su cuello, recordando hasta ese momento las heridas de su pareja.

—Lo siento —susurro apenado desviando la mirada.

Le avergonzaba el hecho de que se estaba dejando llevar por un deseo algo primitivo cuando era obvio que Viktor no estaba al cien. Él tenía la suerte de solo tener unas pequeñas heridas en su brazo, las cuales estaban vendadas, pero su pareja era otra historia.

Tenía vendas en ambos brazos, su cuello, su pecho y en una de sus piernas. Aunque solo unas cuantas heridas fueran más grandes de lo que le gustaría, el hecho de que tuviera más vendas que cuerpo al descubierto le preocupaba.

—No pasa nada —hablo Viktor sujetando con fuerza a Yuuri en cuanto se dio cuenta de que tenía la intención de separarse. No quería eso, quería seguir sintiendo el calor que su Omega desprendía.

Había sentido el miedo de su pareja, lo cual lo abrumó al principio. Apenas llevaban unos días como pareja, aunque fuera a medias, y esa parte seguía siendo difícil de asimilar. Por no mencionar que había pasado casi cuatro días inconsciente.

Sin dejar de abrazarlo, empezó a acariciar su cabello con delicadeza. Deseaba tanto calmar los sentimientos tan caóticos de su pareja, los cuales, con su simple cercanía y mimos, empezaban a disminuir poco a poco.

Yuuri bostezo al mismo tiempo que, inconscientemente, se estaba acomodando sobre el pecho del Alfa para estar aún más cómodo. Viktor noto esto, obligándose a ignorar el dolor que recorrió su cuerpo al moverse un poco hacia uno de los lados de la cama para dejarle más espacio al azabache.

Con palabras dulces, lo instó a quitarse los zapatos y a tomar una pose más cómoda a su lado. Yuuri obedeció sin decir nada, el sueño habiendo apagado cualquier rastro de lógica. De no ser por qué había dormido tan poco en los últimos días y que finalmente el cansancio estaba pasando factura, sé habría quejado de dormir a su lado en su condición, pero ahora, ni le importaba.

Se acomodo al lado de Viktor y dejó descansar su cabeza sobre su pecho, su último rastro de consciencia asegurándose de por lo menos no aplastar alguna de sus heridas. Inspiró el aroma de su pareja y pronto se quedó dormido. El peliplata lo observó atento, reanudando los mimos y disfrutando de la cercanía de quien lo tenía en las nubes.

 El peliplata lo observó atento, reanudando los mimos y disfrutando de la cercanía de quien lo tenía en las nubes

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Phichit observó la puerta por la que minutos antes se había ido su amigo. Se sentía cansado de tanto llorar y de la preocupación y miedo que lo estaba carcomiendo por dentro. Odiaba las lagunas mentales que tenía y sabía que solo había alguien que le diría si lo que tanto temía había pasado o no.

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora