6

7.4K 722 42
                                    


El cielo estaba tomando matices azules cuando Yuuri abrió los ojos. Primero vio toda la nieve que estaba alrededor, pero pronto su atención se fue al peliplata que seguía dormido a su lado. Se sonrojó al recordar que se había quedado dormido sobre Viktor, y se sentía mal por tener una manta cuando su acompañante no tenía ninguna. Se paró con cuidado y cubrió a Viktor con la manta, quien segundos después agarro su mochila como almohada.

Yuuri se acercó al lago, mirando su borroso reflejo en el agua. Cerró los ojos y agudizó sus oídos para escuchar a su alrededor. Todo estaba tranquilo y silencioso. No le sorprendía, después de todo, muchos animales hibernaban en esta época.

Mientras se empezaba a iluminar lentamente la estancia, Yuuri miro su mano y trato de transformarla a su forma lobuna, aunque fuera parcialmente. Logró que sus uñas se volvieran más afiladas, pero el resto quedo igual, provocándole ligeras punzadas por todo su brazo. Su condición había empeorado un poco y todo por querer escapar. El haberse transformado de aquella forma fue imprudente de su parte, ni siquiera había pensado en las repercusiones que iba a tener en su cuerpo.

—Solo tendré que esperar unos días —susurró regresando sus uñas a la normalidad.

Sabía que no podían quedarse en el lago para siempre, tenían que regresar tarde o temprano, pero Yuuri estaba seguro de que quería regresar a ese lugar, siempre y cuando Viktor lo acompañara, por lo que tenía que empezar a preocuparse por su estado físico. Aunque adoraba sentir el pelaje del peliplata entre sus dedos, no quería ser una carga, literalmente. Tan solo debía esperar unos días más y podría transformarse sin problemas. Correría junto a Viktor antes de que se diera cuenta.

Su dedo índice se movía lentamente sobre la nieve, formando poco a poco cada letra perteneciente al nombre del peliplata. Yuuri sonrío y un ligero sonrojó apareció en sus mejillas.

—Viktor...

— ¿Me llamaste?

Se dejó caer sobre los hombros del azabache, quién gritó por el susto y borro rápidamente lo que había hecho. Viktor seguía cansado, por lo que se quedó dormido sobre los hombros de Yuuri. Pronto la cara del Omega se tornó roja y todo a su alrededor parecía estar más caliente de lo normal.

— ¡Eh, Viktor!

Trató de despertarlo, pero el Alfa solo se aferraba más a él. Si se pudiera morir de vergüenza, en este momento ya estaría tres metros bajo tierra.

—Viktor, hay que regresar.

—Mhm...

— ¡Viktor!

—Solo un ratito más —susurró.

Yuuri suspiró rendido. No había mucho que pudiera hacer de todas formas, era incapaz de transformarse por completo y aún estaba algo débil. Viktor miraba el semblante del azabache con bastante curiosidad. ¿Qué era lo que pasaba por su cabeza? Sus cejas estaban algo curveadas hacia el centro, su mirada estaba algo pérdida y tenía los labios fruncidos.

—Yuuri, ¿pasa algo?

—Estoy bien.

—Mentira.

Viktor sintió como los músculos del Omega se tensaban. Al parecer había dado en el clavo y Yuuri no estaba bien, pero sabía que no le diría y no lo obligaría a contarle.

—Será mejor que regresemos.

Se alejó del azabache a paso lento, sintiendo un nudo en el pecho que le recordaba que aún no tenía la confianza de su Omega, ¿podía si quiera considerarlo suyo?

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora