Capítulo 13.3: Nido de ángel y selfie.
Tizne tuvo que montar una vez más a la cabra para que la criatura la ayudara a subir una montaña empinada. Ella abrazó con fuerza el cuello del animal, y este lo pudo soportar bien; a Doloris le bastaron sus garras para aferrarse de los peldaños (esos eran sus equipos naturales), mientras Tizne neciamente llevó consigo botas de tacones y un lindo peinado que el viento mejoró. Tizne prosiguió con su misión: tomó su celular y se grabó a sí misma.
—Alpinistas expertos —las palabras le temblaron—, apuesto a que nunca habían descubierto esto.
Gravando sus fosas nasales y su mentón mostró construcciones de madera: eran todas habitaciones, colmenas dispersas. La cabra llegó a la pared de una, y el brazo de la chica no alcanzó a captar lo que había dentro, entonces Doloris bajó a uno de los techos para tomar el celular y entrar: plumas diminutas en las esquinas, líneas negras y largas en las paredes, huesos de tenue rojo tenían manchas obscuras en las puntas. Doloris grabó su rostro estando detrás dicha escena.
—Ustedes no tienen idea de nada —acomodó su pelo haciéndolo aún lado—. Es una lástima que no sepa de coordenadas para que lleguen aquí, en fin, este lugar seguirá siendo un misterio después de todo.
Y detuvo lagrabación.
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Capítulo 13.4: Escenas del crimen y exploración urbana.
Tizne se subió a una de los polvorientos balcones, agarró equilibrio, y empezó a gravar con su celular la discoteca abandonada: capturó la esfera enegresida, los soportes metálicos que sostuvieron los faroles (cuya luz fue sustituida por la de las grietas), los inseguros arcos del segundo y tercer piso, los asientos desmantelados, cuatro jaula sostenida por una cadena oxidada y otra estropeada en el suelo... Doloris encontró la tornamesa, y los micrófonos en otro balcón, se agachó, y con su aliento sacudió el polvo que se volvió dorado, luego la nube se expandió a el resto del lugar y por poco los objetos parecían arreglados, pero eso lo ignoró la chica que encontró el encanto que debió tener en el pasado. Doloris sólo tuvo que tocar un botón para que de las bocinas, e incluso de las destrozadas, saliera la música en forma de partículas negras... era la misma de aquel día en el concierto, pero más nítido aún. Tizne bailó como pudo la dichosa canción, alzando el celular dando vueltas en su lugar, y moviendo la falda de su vestido corto.
—Este lugar no es difícil de encontrar —se escuchó la voz de Doloris a lo cual la chica enfocó. Ella puso su codo en un balcón, y sostuvo su barbilla—, pero como humanos no deberían entrar porque... ¡¿Saben a donde no deben ir tampoco...?!
—No respiren—interrumpió enfocando rápidamente su rostro tapándose la nariz.
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La fama del dolor
FantasyEl dolor ha encarnado en un monstruo, y quiere ser famosa. Una chica de catorce años es salvada, irónicamente, por el dolor encarnado. Por mandato de Metatrón (arcángel) debe ir a buscar a Doloris para detener sus planes caóticos al rededor del mund...