La fama del dolor

Capítulo 2: El dolor tiene fans

Las gotas de lluvia cayeron sobre las hojas de los pinos, mojaban las rocas y el suelo. La vitalidad cayó sobre la naturaleza y sobre Doloris también, esas energías le bastaban para continuar su huida del ejército.

      Todas estas imágenes se vieron desde una perspectiva picada, y ¿de qué otra manera iba ser si un helicóptero iba a capturar la escena? Desde una pantalla de celular una muchacha vio en vivo lo sucedido. Su barbilla se recargó en una almohada con suma tensión, sus ojeras y su parpado morado brillaban por la luz emitida.

       La bestia dio un tremendo salto para con un solo zarpazo al aire empujase a un avión, después de eso, aterrizó sobre las ramas para alejarse ágilmente de ahí. Su imagen empezó a mezclarse con lo verde de la naturaleza, la chica acercó sus ojos al celular entrecerrándolos un poco, pero eso no funcionó, se tuvo que conformar con encontrar una mancha negra:

       La mancha llegó a un campo abierto y fue rodeado por otros cuerpos (debieron ser soldados), pero estos cuerpos verticales no tardaron en ser horizontales, algo había ocurrido que soltó un sin números de comentarios en el chat, pero eso a la muchacha no le importó porque la imagen empezaba a verse nítida: los cuerpos estaban tirados, la bestia tenía un troco de árbol delgado en la palma de su mano derecha, apuntó en dirección a la cámara y la muchacha abrió los ojos echándose hacía atrás impresionada. La cámara apartó su atención de la bestia enfocando la llegada del resto de los aviones, se notaba que el helicóptero buscaba alejarse, pero no se supo más de este objeto porque la cámara se había desprendido de él; capturó la imagen de las ramas y la huida de un conejo; por un momento parecía un efecto, pero en verdad se agrieto la cámara. Ya no había nada que ver.

       La muchacha se acostóboca arriba, elevando su celular frente a su rostro: el chat continuó enviandomensajes, pero el número de presentes disminuía... ¿Será cierto? ¿Aquella bestiaen verdad es la encarnación del dolor mismo? La muchacha había escuchadorumores en las redes sociales, pero no quería creerlo hasta verlo ella misma,ya no tanto en primera persona, si no por medio de las noticias... aunque eseplan falló. Sintió una presión en el pecho, se preguntó si esto era obra de labestia, si acaso sabía que la estaba viendo por el celular y se estaba vengandode su espionaje. El número de personas descendía, el chat era cada vez menosactivo y ella colocó su mano en su pecho pensando que se lo merecía... Cerró losojos... No, aquella bestia no podía ser menos que una criatura amorfa más en latierra, si fuera el verdadero dolor ya la habría ahogado, y quizá atacando a todoslos seres humanos en su punto más débil, tal vez el dolor no tendría tantacompasión y por el contrario tendría sed de un sufrimiento ajeno. Ella abriólos ojos despacio, pero al ver que la cámara se movía los peló: era la bestiagravándose a sí misma, la muchacha empezó a hiperventilar... La bestia parecíamover los labios, pero no sabía que nadie podía escucharla, sólo temblar delmiedo. La chica se sentó lanzando su celular en la cama, recogiendo sus piernasy abrazándose a sí misma... la pantalla mostró una interferencia desvanecimientoel rostro de la bestia, luego, la transmisión acabó. Fingiendo un desmayo, lachica se dejó caer en la cama. Estaba sudando, y su corazón latió de modo quele dolió más el pecho. Comenzó a inhalar por ocho segundos, retener el aire porocho segundo, soltarlo en un transcurso de ocho segundos, y así cuatro veces... Sintióque se ahogaba... Tal vez sí es el dolor después de todo. Una vez hecho aquelejercicio, ella reflexionó: no iba a negar que el dolor existe, y por lo tantosu forma física tampoco, habría que asumirlo, dejarlo que forme parte de suvida, buscar la manera de convivir con ella de la manera más llevadera posible.Ella tomó su celular y lo abrazó, eso es lo que ha hecho a lo largo de su vida:dejar pasar al dolor a su misera existencia.