Samuel salió saltando al patio, moviendo su colita, mientras metía las patitas en el barro. Gruñó juguetón cuándo Emilio se paró en la puerta, con una mano en su cadera. Samuel aulló apenitas y le gruñó. Emilio caminó alrededor de la casa, el lobito curioso lo siguió de lejos, moviendo la colita.— ¡Quieto! —. Emilio apareció con una pistola de agua, Samuel corrió lejos y el rizado lo persiguió mojándolo —. ¡No puedes huir, cachorro!
Samuel se escondió detrás de uno de los árboles del patio, vigilando que su padre no esté cerca.
— Cachorro... Prometo que si sales no voy a mojarte... —canturreó Emilio.
Samuel gruñó, comenzó a correr lejos del árbol, rodeando la casa. Salió al frente de la casa. Frenó de golpe, tropezándose con sus patitas y cayendo de cara contra el pasto.
— Alfa, ¿estás perdido otra vez? —. Samuel se levantó gimoteando, sacudió su cabecita y se sentó frente a la niña, moviendo su colita — Ow, ¿Duele?
—¿Cachorro? —. Emilio llegó hasta él, Samuel se levantó feliz y caminó hasta su padre.
— Hola. — saludó Yamilé, sin ningún gesto en particular.
— Hola...
Samuel corrió dentro de la casa, dejando al Alfa confundido sólo con la cachorra. Quién cruzó miradas con él y se encogió de hombros
— ¿Estás sola, cachorra?, ¿Cómo llegaste hasta aquí? —preguntó Emilio mirando a los lados.
— Caminando. — Yamilé se encogió de hombros — No había chocolate para mami... El bebé no vá a estar feliz. — explicó con simpleza.
— ¿Caminando? ¿Vives cerca? — Yamilé parpadeó y volteó a ver la casa vecina a la de ellos.
La puerta se abrió y un hombre fué empujado fuera por otro. Yamilé bufo.
— ¡Y no vuelvas hasta que lo traigas! — Un portazo después y había 3 personas sobre la acera.
El hombre respiró hondo y volteó hasta ellos confundido: el olor de su hija estaba por allí. Caminó rápido y tomó la mano de Yamilé.
— ¿Qué haces fuera de casa? — cuestionó el Alfa. Yamilé frunció el ceño.
— Me fuí. Chiquito no estaba feliz, eso enoja a mami. Y llora, no quiero ver a mami llorar. — Emilio se aclaró la garganta y hasta entonces el Alfa pelinegro lo notó.
— Oh, hola. Eres el nuevo, ¿cierto? — El Alfa extendió la mano y Emilio la estrecho.
— Sí, lo siento. Pasaron tantas cosas que no pude presentarme antes.
— Lo entiendo. Soy Eduardo, ella es mi hija, Yamilé. — La niña lo miró y le extendió la mano.
— Yamilé Laila Barquín Caballero, un gusto vecino. — Emilio soltó una risita y le dió la mano.
Alatz salió de la casa, estaba cubierto de barro y su ropita estaba mojada. Yami no puedo evitar reírse de la ternura, Alatz era gracioso.
— ¡Es Alatz, papá! — señaló la pequeña y Eduardo entendió, alzó las cejas.
— ¡Si!
— Oh, tú eres el cachorro que Joaquín encontró. — Eduardo se puso a su altura y le acarició el cabello — Hola, soy Eduardo. — Emilio alejó a su bebé del Alfa y le sonrió forzado.
— Saluda, cachorro.
— ¡Un gusto! — exclamó emocionado.
— Ow, ternurita. — Eduardo se puso de pié y les sonrió — Mi hermano encontró a tu cachorro, que coincidencia, ¿um? — Emilio iba a responder, pero Eduardo miró su casa de reojo y suspiró — Cierto, tengo que irme. Fué bueno conocerte, Emilio, pero tengo que correr, si no traigo chocolate para mi Omega voy a morir antes de que salga la luna.
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Alatz // Adaptación Emiliaco Omegaverse
FanficDónde el cachorro de Emilio reclama al Omega de Joaquín, cómo su mami. «Gracias por elegirme de entre todas las almas perdidas de éste mundo» Adaptación Omegaverse Autorizada Todos los créditos son de la autora original @Illbeyourlight_2809. Grac...