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Joaquín contestó su celular justo cuándo el recreo de sus alumnitos comenzó.

— Hola, habla Joaquín, ¿con quién hablo? — preguntó, sacando un taper de su mochila.

— Hola, señor Osorio. Soy Catherine Williams, la directora de su hijo. —. Joaquín dejó lo que estaba haciendo, sosteniendo su celular.

— Sí, dígame, ¿qué sucede?

— No se preocupe, él está bien. Fuera de eso..., necesito que venga por él. —. Joaquín frunció el ceño —. Se metió en una pelea.

El Omega abrió los ojos con sorpresa, sostuvo su celular entre su oreja y hombro, comenzó a guardar sus cosas.

— ¿Ya llamaron a mi esposo?, ¿está segura que es mi Alatz? — indagó Joaquín, tomando su abrigo y colgándose su mochila.

— Sí, llamé a su esposo. No pude comunicarme con él. — la mujer bufó — Y sí, estoy segura de que es su hijo. No tengo más «Alatz» en mi institución, señor Osorio

— Uh-huh. Tiene sentido. Estaré allí lo antes posible, estoy en el trabajo.

— Gracias, señor Osorio. Nos vemos. —. Joaquín cortó y suspiró.

Miró su salón y caminó hasta la dirección. Debía pedir permiso para salir antes, Óscar no se lo negaría, Joaquín jamás se vá antes y nunca falta. Cuándo el Omega tuvo el permiso pidió un taxi hasta la escuela de su cachorro.

Joaquín frunció el ceño, acomodando la mochila en su hombro. La patrulla, que estaba seguro era de Eduardo y Niko, estaba estacionada en la puerta del colegio.

Entró al lugar, dirigiéndose a dónde estaba la dirección, alzó una ceja al ver a Alatz y Yamilet, sentados en un banco junto a la dirección con la mirada baja. Ambos cachorritos balanceaban sus piernas con lentitud. ¿Porqué no le sorprendía?

Alatz levantó la vista antes de que Joaquín terminara de llegar a él. El Omega frunció el ceño al ver los ojitos cristalizados de su bebé.

En el otro banco habían 2 niños más, pero éstos tenían el cabello revuelto. Uno sostenía algo contra su cabeza y el otro tenía un pucherito sosteniendo su bracito. En cambio, Alatz y Yamilet no tenían ni un pelo fuera de lugar ó algún signo de golpes.

Podrían jugar todo lo que quieran, pero Joaquín sonrió mentalmente al notar que sus pequeños habían ganado la pelea.

Joaquín evitó la mirada de los pequeños y tocó la puerta de la dirección, la cuál fué abierta con rapidez. Había 2 personas que no conocía: un Alfa trajeado y una Omega que parecía bastante refinada, la directora, Nikolás y Eduardo.

— Hey... — habló Joaquín, acomodando otra vez su mochila. Nikolás bufó saludándolo.

— Ya que todos llegaron... — comenzó la directora — Yamilet atacó a sus compañeros durante el recreo. —. Nikolás jadeó sorprendido y Eduardo rodó los ojos —. Primero golpeó a Lucas en el brazo y empujó a Kyle haciendo que se caiga y se golpee su cabeza.

Joaquín vió al Alfa del otro lado de la habitación cruzar sus brazos y mirar a su hermano.

— Luego ella... los arrastró a ambos por el patio del cabello hasta que dijeron, «perdón». Según su maestra, luego de eso los soltó al instante.

Eduardo pasó una mano por su rostro, bufando. Nikolás puso una mano en su cadera con el ceño fruncido. Su cachorra no se comportaba así..., la mayoría del tiempo.

— Yamilet no suele ser así. — defendió Niko — Quisiera saber que hicieron los niños, sino es mucha molestia — sonrió con falsedad el Omega, siempre dirigiéndose a la directora.

Alatz // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora