Dónde el cachorro de Emilio reclama al Omega de Joaquín, cómo su mami.
«Gracias por elegirme de entre todas las almas perdidas de éste mundo»
Adaptación Omegaverse Autorizada
Todos los créditos son de la autora original @Illbeyourlight_2809. Grac...
Joaquín acababa de vomitar, terminó temblando, pero ésta vez estaba acompañado de su Alfa. El pánico se disipaba casi todo cuándo veía a los ojos de su esposo, sabiendo que aún seguía ahí.
Joaquín suspiró tembloroso y se levantó para enjuagar su boca.
- Mañana te llevaré con un médico si sigues así. - avisó Emilio.
- No es necesario. - aseguró Joaquín, después de escupir el agua en el lavatorio.
- Joaquín. - advirtió Emilio. El Omega volteó para verlo.
- Emilio.
Ambos se miraron con recelo, los ojos de Emilio se iluminaron a rojo. Joaquín le mantuvo la mirada firme, hasta que sus ojos cambiaron a amarillo. Temo ladeó su cabeza, enseñando su cuello quejándose poquito, dejando que su Alfa gane. Aristóteles gruñó victorioso.
- ¿Porqué me haces ésto? - refunfuñó el castaño, dándole la espalda a su esposo, mirándolo por el espejo.
- ¿Hacerte ésto? - preguntó incrédulo - Joaquín, no sé qué te está pasando. No puedes pasar más de 1 hora acostado porque devuelves lo que no tienes en el estómago, cariño. ¿Realmente no te preocupa ésto?
Joaquín se mordió el labio y apoyó sus manos en la mesa del baño, recargándose allí.
- Cuándo era niño tenía prohibido vomitar... - confesó Joaquín, mirando por el espejo a su Alfa. Emilio frunció el ceño -. Cu-cuándo yo lo hacía ella me golpeaba...
El Alfa se acercó y lo abrazó por atrás, Joaquín recargó la cabeza en el pecho de Emilio. Joaquín le sonrió débil a través del espejo.
- Siempre que me pasa tengo ataques de pánico. -. Joaquín mordió su mejilla interna. Emilio acarició su cintura -. Mis padres me llevaban con un psicólogo, pero dejé de ir cuándo empecé la universidad... Supongo que verla trajo recuerdos que tenía bloqueados... - suspiró cerrando los ojos.
- ¿Quieres retomar...?
- Podría. No puedo seguir viviendo en mi pasado. -. Joaquín volteó y se dejó abrazar, recargando su mejilla en el pecho de su Alfa -. Voy a perderme todo nuestro presente.
La noche siguió avanzando, su sueño se veía interrumpido cada cierto tiempo. El Omega se sentía mareado por los olores del nido, así que se mudaron a la cama, dónde pasaron el resto de la noche.
Al despertar, Joaquín se negaba a comer algo, temiendo que su cuerpo no lo retuviera y tener que volver a visitar el suelo del baño. Emilio lo sentó con el desayuno frente a él, advirtiendo que no se levantaría hasta que no se lo acabara.
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- ¡Hoy haremos cuentas más difíciles! - exclamó Alatz, comiendo de su cereal.
Emilio controlaba que su Omega se coma el desayuno, mientras peinaba a su cachorro, quién devoraba su desayuno cómo sino hubiera comido hace días.