Emilio planeó una salida para Joaquín y su cachorro. Había que conducir por un tiempo largo, pero al final llegaron a campo abierto.Alatz aplaudió festejando, cuándo Emilio lo bajó de auto, el cachorro le dejó el control absoluto a Samuel.
El lobezno corrió emocionado, Emilio suspiró al verlo tropezar con sus propias patitas, Samuel era predecible.
- Uh, ¿él está bien? - preguntó el Omega juntado sus cejas y con una mueca.
Emilio lo admiró, el Omega más radiante que había conocido. Traía un suéter rosado y unos pantalones negros sueltos. Joaquín pasaba todas las tardes con Alatz y la noche la compartían los 3 juntos. Emilio se sentía vacío cuándo dejaba a Joaquín en casa. 2 semanas y el Alfa sentía que no podía esperar más.
Era el momento de pedírselo.
- ¡Samuel! - llamó Joaquín y salió corriendo.
Ó tal vez, aún no era el momento.
Emilio respiró el aire puro, Aristóteles tomó el control, un lobo grande y negro se hizo presente. Miró a su Omega y cachorro y se movió hasta ellos.
Joaquín se apartó sorprendido, párpadeo varias veces y una risita escapó de sus labios.
- Alatz es cómo tú en miniatura, Aris. - El lobo apoyó su cuerpo contra el suelo, Joaquín le acarició la cabeza, sus miradas se cruzaron - Eres precioso - murmuró.
Samuel le gruñó a su padre, saltando hasta ellos. Comenzó a morderle una de las patas, a modo de juego. Aristóteles y Samuel comenzaron a jugar, el cachorro olvidando de a poco que era un juego y tal vez, mordiendo un poco de más. Joaquín se sentó en el pasto, se reía viéndolos jugar.
Temo se movía intranquilo, él quería salir también más no quería arruinar el progreso que logró con su humano.
Era difícil para ambos, más para Joaquín, sabía que el castaño no estaba lo suficientemente en paz consigo mismo para dar ese paso.
Se tranquilizó cuándo Joaquín tuvo un escalofrío, se recostó sobre su patitas y observó a los lobos jugar.
- Lo siento, Temo... - suspiró Joaquín - No puedo hacerlo.
Samuel llegó corriendo hasta él con una rama en su hocico, lo soltó ahí y bajó las orejitas gimoteando. Buscó acurrucarse entre sus piernas cruzadas y su pecho.
- Ow, Sami. - Joaquín le acarició el lomito - ¿Qué fué lo que hiciste? - preguntó viendo cómo Aristóteles se aproximaba, visiblemente molesto.
El lobo le gruñó al cachorro, que acarició el brazo de Joaquín con su hocico. Joaquín frunció el ceño.
- Oye, no le gruñas. Asustándolo no vas a solucionar nada. -habló Joaquín con una mueca.
Aristóteles soltó aire por su nariz y los rodeó quedando detrás de hasta ellos. Puso su nariz en la espalda de Joaquín. El Omega oyó el gruñido bajito del cachorro, un rumor largo que alertaba algo que Joaquín no entendía.
- ¿Aris?, ¿qué hace - ¡Aristóteles bájame! - El lobo tenía al castaño colgando de su hocico, lo sostenía por el suéter. Alatz gruñó y le ladró.
Aristóteles lo ignoró y caminó en otra dirección, llevándose al Omega consigo. Alatz intentaba hacerlo tropezar, pero no lo consiguió.
- Aristóteles, enserio voy a enojarme si no me bajas ahora. -advirtió. El lobo lo miró de reojo y lo ignoró - ¡Aristóteles! -refunfuñó el Omega.
Joaquín volvió a tocar el suelo con sus pies, bufó y volteó a ver los lobos. Samuel atacaba las orejas de su padre, soltando gruñiditos, Aristóteles miraba a Joaquín echado sobre sus patas.
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Alatz // Adaptación Emiliaco Omegaverse
FanfictionDónde el cachorro de Emilio reclama al Omega de Joaquín, cómo su mami. «Gracias por elegirme de entre todas las almas perdidas de éste mundo» Adaptación Omegaverse Autorizada Todos los créditos son de la autora original @Illbeyourlight_2809. Grac...