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Capítulo treinta y siete. "Orden natural"
En poco tiempo todo estaba en silencio, cómo si fuese el momento de calma antes de una tormenta.
Algo siniestro se estaba formando frente a nosotros y parecía listo para acabar con el dios, quien mostraba desesperación en sus ojos.
Me reí en voz baja mientras me estremecía. Ese tipo asustado era a quien los humanos y ángeles rendían culto, sin embargo, parecía que no tenía ninguna posibilidad de derrotar a su oponente, cosa que en teoría podría hacer si fuese como me lo habían dicho.
Suspiré cerrando mis ojos momentáneamente.
Dae Hyun tomó de mi brazo y me jaló para irnos, lo seguí por voluntad. Pasaron unos minutos y nos alejamos lo suficiente como para no estar en medio de lo que se iba a desarrollar.
La lucha entre ambas entidades comenzó sin más con un fuerte sonido.
—El mundo antes de la llegada de los dioses...—El rostro de los dos hombres se oscureció ante las palabras dichas por la niña, que fué la primera en atreverse a hablar. Parecía que podía prever el final de la pelea que apenas había comenzado hace uno par de minutos.
Una nube de polvo se elevó hasta el punto que no se podía ver absolutamente nada. Ocasionalmente se veía a alguno de los dos que estaban allí luchando.
—Después de muchas generaciones y de mucho tiempo, sí. —Zero le contestó a su hermana dándole unas palmadas suaves en su espalda.
Los minutos siguieron pasando. Un temblor hizo que ambos se callaran, le siguió un grito. Giré a ver lo que sucedió con la deidad que abandonamos. Ya no estaba ahí, lo mismo sucedió con la serpiente.
La nube de polvo se expandió por todo el lugar y nos cegó.
Cuando el polvo se dispersó, el encuentro finalizó con varios sonidos fuertes como los últimos rastros de sus respectivos poderes. Esa energía dejó de existir segundos después.
De la nada sentí un peso sobre mí, me sentía más débil y al parecer no era la única. Todos estábamos trabajando duro por mantenernos de pie debido a la intensa fuerza que nos oprimía.
El sudor cubrió todo mi cuerpo, era horrible, cómo si desgarraran una parte de mi alma.
El lugar dónde estábamos se estaba comenzando a destruir, grietas aparecieron en el cielo falso que estaba sobre nuestras cabezas.
—El mundo está volviendo a ser lo que era antes— Con dificultad, Dae Hyun decidió explicar.
Si cabello azul ahora era castaño. Tuve una idea de lo que estaba sucediendo.
Poco a poco era menos demoníaco, yo también me estaba convirtiendo en algo más humano.
—Ah—Zero soltó un pequeño quejido—. Aún así, tanto esfuerzo para que se acabara tan rápido. Que tipo tan patético.
