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Capítulo treinta y tres. "Lucha"
Una vez dentro, corrí para no perder mucho tiempo pero, al parecer hizo el efecto contrario. Entre más corría, menos avanzaba, y es que, todo el lugar era un laberinto.
Ya no sabía ni por dónde entré.
Tuve la suerte de haber podido esconderme en todo momento, si bien mis habilidades de ángel tuvieron mucho que ver, pude evitar varios obstáculos sin necesidad de algún tipo de enfrentamiento. El problema era, que ya no daba para más. Mi cuerpo estaba agotado y llevaba presionando mis límites desde hace bastante. Llevaba tres horas de un lado para el otro sin encontrar nada.
Tenía miedo, me sentía responsable de lo que fuese a pasar. No sabía que hacer, ni por dónde ir.
Las paredes grisáceas hacían que todo fuese absolutamente igual, me sentía atrapada. Era como estar en la misma habitación.
Un ruido. No, más bien una explosión.
Corrí de nuevo para acercarme y no perder el rastro, pero mis piernas temblaban tanto que me hicieron caer. Me dolía. Opté por utilizar mis alas, las usaría para aliviar el peso sobre mis pies. La razón por la que no podía volar, era por el poco espacio que había, pero tuve que esconderme repentinamente.
—¿Intrusos? —Escuché varias voces y pasos.
—Eso parece, están buscado al jefe—Habló una de ellas.
—Tal parece que lograron derrotar a los guardias de la entrada.
—¡Imposible! Al menos el monstruo era enorme, ¿cómo lo vencieron? —Se escucharon muchos murmullos.
—Eso significa que... —Otra explosión.
—¡Muévanse, el jefe está en problemas! —Me asomé un poco para ver a quienes hablaban.
Tenía que pasar por allí pero, habían más o menos veinte individuos en el camino. Y ni hablar del que parecía ser el líder del grupo, era un hombre cuya musculatura mayor a la de todos los de allí, pero no sólo eso, medía aproximadamente dos metros.
Un solo golpe suyo y... Iba a ser un problema, apenas me mantenía de pie.
No, no debo ni imaginarlo. Sacudí mi cabeza, debía crear un plan para vencerlo. Claramente me vencía en fuerza y altura, no podría hacer nada más que evitar que me golpee. Eso, en caso de que viniese solo. Me senté sobre el suelo.
Si los demás vienen contra mí, el no tendría ni que moverse, porque era terrible luchando. Apenas sabía lo básico gracias a Jungkook, pero era mejor esquivando que proporcionando golpes. No podría hacer nada contra muchos oponentes. La luz dejó de caer directamente sobre mí y ahora había algo tapándome.
—Deberías aprender a esconderte—Levanté mi cabeza y me levanté rápidamente.
Logré darme un cabezazo con su mentón, y fue porque estaba inclinado. Me maree por haberme levantado tan rápido y por el golpe que me había dado. Apenas había descansado un poco.
