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Capítulo cinco

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Capítulo cinco.
"Enseñanza"

Shin Haneul.

¿Me había quedado dormida?

Sin darme cuenta al levantar mi cabeza, la señora Kim estaba de cunclillas frente a mí sobresaltándome, y TaeHyung ya había despertado, aunque su rostro reflejaba confusión al igual que el mío pero aún así, tanto como él y su familia me miraban con curiosidad, habían pillado que estuve allí todo el tiempo.

—El suelo debe ser incómodo—La señora se colocó de pie y me ofreció su mano para ayudarme a levantar. Cosa que acepté y al estar de pie, mis piernas entumecidas dolían.

—Gracias—Me incliné levemente en modo de agradecimiento.

—Deja las formalidades, dime mamá. Porque creo que escuchaste todo, ¿no?. —Me sonrió.

—No, aún así, mis más grandes disculpas—Realicé una reverencia a la oar de que respondía con honestidad—. Además, no podría llamarle así, no somos familia—Negué ante su propuesta.

—Por el momento—Habló rápidamente y sonrió—,TaeHyung, dale una mejor prenda, y no quiero que duerma en la penumbra, llévala siempre cerca de ti—Ordenó.

—Mamá, no es necesario—El se levantó y se dirigió rápidamente hacia nosotras.—Ella está bien, ¿verdad?—Me miró.

—No hables por ella, hazme caso—Regañó.

—Está bien—Suspiró cerrando momentáneamente sus ojos—, buenas noches—Me tomó del brazo y se inclino hacia su familia, gesto que imité, para llevarme a su lado del castillo.

El camino se me hizo incómodo. Tanto él y tanto como yo, no decíamos ni una palabra. Su mano tomaba de mi brazo con delicadeza y fuerza a la vez. Ocasionalmente me observaba con curiosidad y yo le devolvía la mirada, haciendo el camino más incómodo.

Habían diferentes zonas, habitaciones, cocina, salas para diferentes cosas, y demás. En la de habitaciones sólo habían dos. La suya y la que suponía ahora iba a ser la mía.

—Aquí es—Volteó a mirarme.

—Gracias—Me empezé a adentrar en la habitación, él tomó mi muñeca sin cuidado.

—Haneul—Llamó mi atención—Buen trabajo el día de hoy, nada mal para ser tu primer día. Aunque aún te hace falta mejorar. Y... mamá me dijo que tenemos que empezar a llevarnos mejor, ya que a partir de ahora estaremos juntos y todo eso—Me observó de reojo.

—Sí, por cierto, mañana espero un reto mayor, lo de hoy no. No fue tan difícil. —Reí. —Hasta mañana, TaeHyung.

—Hasta mañana y esto... Si necesitas algo ve a mi habitación, Jimin está afuera por el momento—Asentí —Adiós.

—Adiós—Finalmente entré.

Me recoste en la puerta a observar con detalle. La cama era matrimonial y muy grande, las mesas tenían demasiados detalles en los bordes y los cajones con decoraciones en oro, habían dos sofás, una ventana y una cortina cubriéndola, aunque me asfixiaba tenerla así de ese modo. La abrí para poder observar así sea el cielo nocturno. Habían dos puertas más, una conducía a un baño enorme y de ahí otra puerta que llevaba a un armario, y la segunda a un estudio. Tenía ropa de mi gusto, creo que la señora Kim ya lo tenía todo listo, que amable.
Me coloqué algo que me dejara mover más que el incómodo vestido ajustado de color negro que llevaba puesto. Y me dirigí al cuarto de baño a cepillar mis dientes y mi cabello, como lo hago noche tras noche.

Cuando finalicé, fui directamente a la cama, cerré mis ojos con la intención de descansar sin embargo, no podía dormir.
Me acerqué hacia la ventana y me sorprendí al ver todo lo de allí, desde que había llegado lo había ignorado pero no podría continuar haciéndolo.
Volví a la cama sin poder dormir todavía. Ahora sabía un poco de lo que viven las personas que no tienen que comer, la pobreza los deja en las calles, moribundos, sufriendo y preguntándose el porqué les había tocado una vida así. Cosas que jamás había visto en mi vida. Porque mis padres se habían encargado de hacerme vivir como una princesa, alejada del dolor y desgracia ajena. Por un momento me odié por no haber sabido como ayudar a esas personas. Me sentía inservible. Desde éste lugar podía ver todo lo 'malo'.

No quería seguir pensando, tampoco quería dormir. Sólo quería conocer el mundo desde otros ojos, una extraña curiosidad me invadía, quería saber el porqué estaban así esas personas. De a pocos, claro está.
El sonido de la puerta fue mi salvación. Me levanté sin pereza, y abrí la puerta observando al castaño frente a mí, quien me había salvado de aquel mar de pensamientos que segundos atrás me estaban carcomiendo .

—¿No puedes dormir?—Cuestionó con un ligero toque de burla.

—Algo así, sí. ¿Por qué otra razón estaría despierta?

—...—Sólo río. —Tienes razón mi pregunta fue muy tonta. Yo tampoco puedo hacerlo, ¿quieres salir por ahí?

—¿Al infierno?, no gracias, prefiero ir a mi hogar.

—¿La Tierra?, sabes que yo no soy bueno allí. Al menos no me he acostumbrado del todo—Habló.

—Lo sé, pero...—Tuve una idea—Quiero pedirte un favor—Me detuve—. Parece que abuse de tu confianza, aún no somos amigos ni nada pero... Me gustaría que me dieras a conocer lo malo que existe, quiero decir, me enseñes las cosas malas que rodean el mundo humano, ya sabes, la pobreza y todo eso.—Infle mis mejillas. Tenía curiosidad y quería saber sobre aquello que no me dejaba dormir.

—¿Uh?, ¿por qué quieres saber eso, ángel?

—Curiosidad—Fue lo primero que se me cruzó por la cabeza.

—Mhm está bien. Vamos cariño, al parecer quieres conocer algo de lo mío. —Se río de nuevo y me tomó de la mano.—Saca tus lindas alas, tenemos que volar hacia tu hogar—Bromeó.

Y así fue, el camino fue mediante un carruaje parecido al de algún cuento de hadas pero en una versión más sombría, con dos caballos negros alados y un hombre encapuchado guiando el camino, que dos horas después, a la una y cuarenta minutos habíamos llegado a Seúl.

—Bien, ¿por dónde empezamos?. Oh sí, ya sé por dónde.—Una sonrisa perversa se asomó en su rostro cuando llegamos a un bar local, con música alta y personas caminando como si se fuesen a caer.

—Bien. Primero, creo que deberías explicarme bien eso de lo que piensas, porque creo que no sé absolutamente nada de lo que seguramente estás pensando.

—Claro que no lo sabes bebé, eres muy inocente, por ello tus padres te protegían, te protegen.

—Al parecer sí.

—Lo viste, ¿verdad? —Me confundí ante sus palabras—, lo de afuera de tu ventana—Se explicó.

—Sí, lo hice. ¿Ocurre algo malo con eso?—Pregunté y el negó.

—Eran sólo actuaciones, solo se preparan para todo tipo de ocasión.

—Entiendo—Murmuré.

—Bueno, creo que es hora de que empieces a vivir sin esa venda rosa que te tiene ciega.

(🍒) ੈ⨾Permíteme que te enseñe la maldad de éste mundo.

Exotic ≈ K.TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora