CAP. 52

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Al día siguiente me desperté temprano con los pies de Aria en mi pecho, duermen super feo pero es adorable ver cómo babean.

Me levanto con cuidado a no despertarlas y lo primero que hago es ver la hora, son las nueve de la mañana así que me adentro en el baño.

Cepillo mis dientes y me ducho, ajusto mi toalla y peino mi cabello, en el clóset busco algo que ponerme y escojo un vestido rojo terciopelo sin mangas y corto más arriba de mis rodillas.

Me coloco las bragas y subo el vestido por mi cuerpo ajustándolo, me coloco los tacones blancos altos y escojo el bolso blanco, agrego las llaves y mi celular y aprecio a las bebés abrazadas mientras duermen, sonrío un poco y bajo las escaleras luego de agregarme un poco de perfume.

_Que bonita está señora Ross.

_Muchas gracias cariño.

Tomo asiento en el comedor y ella empieza a servir mi desayuno.

_¿Que quiere que les prepare a las bebés.

_Preparales jugo de naranja, panqueque, huevo y tocino, cualquier cosa que te pidan tienes que estar atenta y les dices que su madre salió a tomar café.

_Como diga señora.

Peino mi cabello con las manos y tomo el jugo. El timbre de la puerta suena y la sirvienta se va a verificar quien es.

Luego de unos segundos aparece la sirvienta con el chico alto de anoche, le sonrío y le invito a sentarse.

_¿Cómo estás?.

_Muy bien gracias por preguntar, ¿Quieres algo de comer?.

_No, estoy bien desayuné antes de venir.

El muchacho espera a que yo terminé de comer y juntos salimos, abordamos su auto y el toma el trayecto del camino al café más cercano.

Se llama Evan, tiene veintisiete años y trabaja en la mafia desde los dieciocho, cometió más de veinte delitos y cuando estaba en secundaria le cortó los brazos a una profesora y los arrojó al inodoro, fue contratado por eso.

Es muy atento y bonito, es amable y dulce aunque su voz sea gruesa.

_¿Cuéntame a qué te dedicas fuera de la mafia?

_Pues no mucho, duermo y hago algunos trabajos que tengo atrasados pero sobre todo me gusta cantar, eso era antes de morir y revivir epicamente.

Sonrío mientras tomo del café.

_He visto muchas cosas y eso no me sorprende.

_Si ya nada me sorprende a mi tampoco, he vivido tantas cosas que ya no se ni qué hacer con mi vida.

_¿Algo anda mal?.

_Solo son cosas absurdas que te van a aburrír.

_No me has aburrido y llevamos tres horas hablando, anda.

Me anima.

_Pues, luché prácticamente toda mi vida junto a una persona que daba todo por mi, algo sucedió y pues me dispararon, te juro que yo sentí morir, pude sentir el dolor de mi pecho pero nunca me di cuenta de cuando me estaban enterrando.

_Tu vida se escucha fatal.

Sonrío.

_Si es muy fatal.

Terminamos la otra taza de café y salimos a la calle, abordamos su auto nuevamente y el lo pone en marcha.

_¿A dónde quieres ir ahora?.

_Pues me gustaría seguir conversando contigo pero tengo cosas que hacer en mi casa, ¿Que tal si salimos en la noche?.

_Si, está bien.

Me deja en mi casa y acordamos que a las ocho me buscará, entro en mi casa sonriente y voy a la habitación directo a ver a mis hijas.

_Mami llegó, ¿como están las preciosas de mami?

_Mamii!!!.

Ambas se lanzan hacia mi y trato de no caerme sonriendo.

_Papi estaba aquí mamita.

_Dijo que tú ya no lo quieres.

_Yo quiero que tú quieras a papi mami.

_¿Su padre estuvo aquí?.

_Si!.

_Nos trajo golosinas y dejo esto para ti.

Aria se acerca a la mesa de noche y me extiende una carta con una pequeña caja.

Abro la carta primero y empiezo a leer.

No sabes cuánto te extraño mi nena, está lejanía me tiene mal y no se que hacer conmigo mismo.

Te juro que nunca te hubiera dejado si hubiera sabido que estabas viva y que podrías ser mia cuántas veces yo quiera.

Te extraño y ese casamiento no es real mi nena, amor yo estoy casado por obligación quiero que nos veamos hoy a las ocho para poder hablar, te espero en el café donde hablamos aquella vez.

Destrozó la carta y abro la cajita, una hermosa cadenita con detalles rojos de oro blanco y diamantes. Guardo la caja en la mesa de noche y me recuesto a ver TV con mis niñas.

Paso la tarde con ellas mirando la TV y practicando peinados con sus cabellos, le dejo una colita en cada esquina y agrego piojillos de decoración.

Les tomo algunas fotos y riendo las envio a mi mamá.

_Se ven hermosas cariño.

_Mami nos parecemos a los Aliens.

_Claro que no cariño.

Me vuelvo a reír haciendo que mis hijas casi les da para llorar.

_Las amo con mi vida pequeñas.

Reina de la mafia #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora