Reina de la mafia #3

CAP. 2

Al día siguiente me vestí con la rutina de ayer y me coloque unos lentes diferentes.

Nisiquiera se por que hago esto.

Me estacionó junto a miles de autos lujosos, y bajo del auto, camino a paso lento por la universidad hasta llegar al aula.

Celeste está sentado al lado de mi silla y sin querer me sonrojo.

Es tan lindo y su mirada es preciosa.

No puedo negar que me gusta, es tan atento y un buen caballero.

Luego de la primera clase y unas cuantas burlas me dirigí al patio y empecé a hacer una tarea. Prácticamente estoy haciendo esto por mi madre ya que termine la universidad.

Ella me dice que siente que no durará mucho en este mundo por eso quiere que cuando ella se valla yo ya esté acompañada.

No me imagino una vida sin mi madre, ella es mi todo.

Las páginas de mi cuaderno se mojan cuando uno de los chicos deja caer su bebida a propósito.

_Sigues aquí fenómeno.

_Chicos que le he dicho de esto, dejen a la chica ahora.

Ruedan sus ojos y se van cuando celeste aparece.

_¿Estás bien?.

_Si.

Saco una servilleta y seco el jugo restante del cuaderno.

_Disculpa la actitud de los chicos, ellos prefieren princesas.

_¿Y tu que prefieres?.

No evito preguntar, levanto la mirada y me encuentro con sus ojos celestes.

_Prefiero el corazón.

_Entiendo.

_Hablamos luego, tengo clases.

Asiento y se va.

Pobre celeste no sabe que ya cayó en las redes de Ángela Ross.

Me levanto y voy hacia el baño, me aseguro de que no halla nadie y cierro la puerta con seguro.

_Si señora.

_Al final de la clase llévame al chico que investigas te a la cabaña yo iré en la noche, no tengan compasión por qué ya ese chico es mío.

_Como ordene.

Un ruido me hace voltear, se que hay una persona aquí y no saldrá viva.

Saco mi arma y le coloco un silenciador, que no silencia del todo pero algo hará.

Voy abriendo puertas una por una hasta llegar al final, una chica peli-negra se encuentra allí, se acurruca cuando le apunto con el arma.

_Nada de lo que escuchaste aquí saldrá de aquí y me temo que usaré la violencia.

_Por favor no me hagas daño, juro que no diré nada.

_Es que no vas a decir nada_ coloco el arma en su cuello.

_Por favor.

No puedo perder tiempo aquí, guardo mi arma y tomo mis cosas para salir y mi sorpresa es hermosa cuando veo el chico que siempre me molesta entrar al baño.

Vigilo para todos lados antes de escabullirme en el baño de los varones.

Saco mi Glo y me preparo mentalmente para lo que estoy apunto de hacer.

_¿Que haces fenómeno? viniste a violar me, los baños para fenómenos están al lado.

_Como quisiera violarte, pero no puedo hacer nada sin tu consentimiento. Me voy acercando a paso lento con mi arma en la espalda.