CAP. 58

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Arte.

Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Éramos el infierno completo.

La noche cayó rápido y yo no me despegue de mis hijas, el miedo de que las vuelvan a golpear no desaparece, mi cuerpo no acepta dejarlas solas.

Pasó una semana exacta en las que ignoraba mi trabajo para poder estar con mi hijas, tenía miedo hasta de dejarlas solas en el baño, mi cerebro no quiere aceptar nada y solo piensa en proteger a mi hijas.

Amo a mis niñas como nadie se imagina y por eso la aguja se entierra en mi espalda, ignoro el dolor por qué verlas a ellas mal duele más. El tatuador hace su trabajo mientras no despego la vista de mis hijas, juegan en la sala con sus juguetes por todas partes.

Prefiero que destruyan la casa a qué me las destruyan a ellas.

Es que no superó ver a mi hija más tranquila tirada en ese suelo sin reaccionar, el alma se me fue en un instante de solo pensar en que la perdí, de solo pensar en que no volvería a verla otra vez.

De solo pensar que no trenzaría su cabello ni le iba hacer peinados raros, de pensar que no la tendría en mis brazos me rompió el corazón en miles de pedazos, por eso trato de no despegar mi vista de ellas y llenarla con mucho amor de madre.

_Listo.

Me miro en el espejo el tatuaje del nombre de mis hijas Angie y Aria, tienen una corona arriba por qué son las reinas de mi vida

Le pago al chico y el empieza a recojer antes de perderse por la puerta.

Mi teléfono suena y le ruego a Dios que no sea Erick, me tiene el teléfono harto de tantas llamadas no entiendo por qué no acepta que desde ese día soy madre soltera.

_Feliz cumpleaños mi niña.

Hoy es, nisiquiera lo recordaba, estoy media loca.

_Gracias ángel.

_No te sientes bien verdad?.

_No_ suspiro por qué no miento todavía el recuerdo palpita reciente en mi cabeza.

_Madre y padre ya están aquí, tienen un regalo para ti y quieren que vallas a su casa.

_Esta bien.

_Angela, ve desde ahora y empoderate, recuerda que eres la ama del puto universo, nadie puede apagar tu brillo.

Me quedo callada por qué cierta vez me gustaron sus palabras pero no me puedo ahogar en la soledad, mi bebé está bien y eso es lo que más importa.

Primero yo y luego el mundo.

Ducho a las bebés y les coloco sus mejores vestidos caros y unos tacones bien bajitos, a Angie no le gustan pero a aria les encantan.

_Mami me puedo poner pinta labios?.

_Claro mi amor yo te pongo.

Le coloco el pinta labios rojo vivo y rezo para que mi madre no me mate, a media de ruegos le coloco un poquito a Angie y les hago una coleta alta a cada una.

Las miro con adoración por mi buen trabajo y le coloco seguro a la puerta para dejarlas viendo la TV en lo que me ducho.

_Sin manchar la ropa ok!.

_Si mami.

Responden ambas, el Moretón de Angie ya desapareció y eso me alegra.

Me doy una ducha rápida y rebusco algo que ponerme, en realidad se me olvidó este día por qué nisiquiera pensé en arreglarme y comprar ropa para este día.

Reina de la mafia #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora