Reina de la mafia #3

CAP. 86

_Hace tres años un lobo enorme se enamoró de mi, no se que pasó con ellos pero tengo a Erick de testigo.

_Na mentiras.

_Hablo enserio.

_No te creo.

_Llamare a Erick para que vean.

Marco su número en mi teléfono, todos estamos sentados en los sillones, ángel está en el piso, Paulina en un extremo, Cristian por qué le rogué pero está sentado al lado mío, yo estoy en el brazo del mueble y mamá está sentada junto a Paulina.

Es increíble ver como superó a papá, cuando el llegó hablo y hablo con ella pero simplemente ella no le hizo caso.

_¿Si?

Un agitado Erick responde a través de la pantalla.

_¿Estás teniendo sexo?.

_¿Que más quieres saber?.

Lo escucho reír.

Pongo el teléfono en alta voz.

_¿Erick te acuerdas de la vez que fuimos a la cabaña en el bosque?.

_Claro que recuerdo.

_Mi familia no me cree que los lobos se enamoraron de mi.

_O si, es muy cierto, incluso pelearon a nuestro lado.

_Se los dije pero no me creen.

_De hecho deberías de visitarlos, tienen tiempo sin verte y el alfa extraña tu compañía.

_Tienes razón, iré.

_Que sucedió entre tú y Erick?.

_Deje que sea libre.

Respondo a la pregunta de Paulina.

_Pero te hará falta.

_Sera difícil olvidarlo pero tendré que superar eso, no me puedo meter en sus relaciones.

_¿Aún lo quieres?.

_Claro que lo quiero, lo adoro muchísimo pero no soy quien para detenerlo.

_¿Entonces oficialmente soltera?.

_Si Paulina_ me río_ oficialmente soltera.

Suben la música y me aplauden, me doy un sorbo de mi bebida y ánimo a Cristian que parece un palo al lado mío.

La noche transcurrió con normalidad, ángel tomó y tomó hasta que se quedó dormido en medio de la sala, yo ya no podía más así que me recosté en las piernas de Cristian.

_¿Estás bien?.

_Si, supongo.

_Hiciste bien en dejar ir a tu esposo libre.

_Si creo que si, era lo mejor para el.

_Y ahora, quién será el afortunado?.

_La verdad es que no estoy planeando nada por ahora, si algún día llega esa persona la voy a esperar.

_Entiendo.

Dice mientras se da el último sorbo de su copa.

_Yo ya tengo que irme.

_Quedate.

_Lo siento pero tengo mi casa.

_No quiero dormir sola, por favor.

Estoy ebria y sin mis cinco sentidos pero será mejor que mañana piense lo que acabé de decir.

_Enserio voy hacer esto?.