Capítulo 9 - Lo que siento

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Mi mente da vueltas, nervioso me muerdo mis dedos mientras mi Mamá busca su billetera en el bolso, cuando la encuentra nos bajamos de mi camioneta y ella empieza a caminar a la entrada de la farmacia.

Ella pasa directo a la zona de antigripales, yo camino lentamente a donde venden dulces y comienzo a sacar algunos, Charlie se está enfermando de resfriado y hemos venido con Mamá a comprarle medicina, yo conduje.

En fin, lo de Charlie no es preocupante, eso le pasa por estar siempre a pies descalzos, lo que si me preocupa es lo que me dijo Andrés, de donde conocía a Allen, no puedo sacarme de la cabeza lo que me dijo.

Escucho que mi Mamá ya está pagando, camino rápido por uno de los pasillos, choco con un chico que lleva una chaqueta de cuero negra, él se voltea y realmente sonríe como si hubiera visto a un ángel. Raro.

—Aiden —digo confundido.

—Hola —él mira sus manos, lleva muchas cremas para el rostro, las tira de donde las sacaba y se hace el confundido —Eh... mierda, yo buscaba condones.

—Dios —digo rodeando la mirada, tomando las cremas y leyéndolas —si lo que buscas es algo para que no te quede cicatriz, te recomiendo estas dos —él presiona sus labios algo avergonzado, los golpes en su rostro comienzan a verse mal, los lentes negros no pueden ayudarle en los labios y las mejillas.

—Estoy lista, Luck —mi Mamá aparece a mi lado, ella mira por un segundo al chico a mi lado, luego lo reconoce y se acerca para abrazarle con fuerza —¡Aiden! Que... grande estás, ¿Hace cuanto no te veía? Pero... ¿Qué te ha pasado en el rostro? Dios...

—Una pelea, nada importante. Es un gusto volver a verla.

—Igualmente, cariño ¿No quieres ir a cenar con nosotros? —oh no por favor —Estoy preparando carne con...

—Lo que usted prepare siempre lo acepto —ríe Aiden con mucha gentileza —Pero la verdad... no quiero molestar —él se muerde su labio inferior por reflejo, pero lo suelta de inmediato porque le ha dolido.

—Para nada, no es una molestia.

—Okay, entonces voy a comprar mis cosas y... los dulces del niño —él toma las cosas que llevaba en mis manos —y salgo con ustedes —Mi Mamá asiente, él se aleja con mis dos barras de chocolate y mis gomitas ácidas. Lo siguiente que veo es a Aiden sentado en mi camioneta.

Mamá prepara la cena, Charlie se queda acostada y come allí luego de tomarse la medicina. Mi Madre se va a su turno mañana en la madrugada, así que hoy es nuestro último día con ella.

La cena la verdad se pasa bastante rápido, mi Mamá se dedica a hacerle preguntas a Aiden y él las responde muy gentilmente, yo nuevamente mantengo mi mente en la conversación que tuve con Andrés antes de salir de la Universidad.

Al terminar, veo que mi teléfono está por apagarse, voy a mi cuarto a conectarlo, exhalo agotado y escucho como mi Mamá comienza a lavar los platos, tomo asiento en el baúl de ropa que está a los pies de mi cama, Aiden aparece en mi habitación y se sienta a mi lado, me mira extraño, humedece sus labios y luego limpia su garganta antes de hablar.

—¿Estás enojado conmigo? ¿Por la pelea? ¿Por molestar a Andrés?

—No —respondo —No estoy enojado contigo, tranquilo.

—Pareciera que sí.

—La verdad es que estoy pensando en otra cosa en este momento —me pongo de pie, cierro despacio la puerta de mi cuarto y me quedo a solas con Aiden —¿Puedo pedirte un consejo? O sea, necesito contarte algo y tú me dices si yo estoy exagerando mis pensamientos.

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