Capítulo 53 - Actuación

251 28 19
                                    

LUCK

Veo como Andrés a lo lejos mira el memorial de Allen que están haciendo en el patio del campus de la Universidad, él se mantiene distante de todo el mundo, me intento acercar un poco, pero sé que no puedo decirle nada, me sentiría demasiado hipócrita, y ya estoy demasiado agotado de eso.

Tomo mi celular, es probable que ya me estén rastreando las llamas y mensajes que envío, me da miedo que todo lo que haga está siendo investigado, pero es obvio, fui el último en estar con él, lo saben sus Padres, el maestro del trabajo, los vecinos que me vieron llegar...

—Hola —dice Andrés con un tono de voz serio, alejado bastante del que normalmente usa conmigo —¿No fuiste al funeral ayer?

—No —niego.

—¿Por qué no?

—Estaba con Charlie en casa, y... eso.

—Pero ustedes dos eran amigos, compañeros de clases.

—Allen era tu amante —digo sin querer —Lamento mucho lo que pasó, en serio, pero tampoco puedo fingir que no ocurrió nada entre nosotros.

—¿Y qué ocurrió?

—Pues... pues... que me mintió a la cara, se hizo mi amigo sabiendo bien lo que hacía.

—No estoy de acuerdo en eso.

—Andrés, es mi opinión y ya, no tienes que pensar lo mismo, eso está fuera de mi control.

—¿Qué te pasa? ¿Estás enojado?

—No, estoy cansado y ya, y me tengo que ir, tengo un montón de cosas que estudiar —y eso es verdad, estoy atrasado con mis repasos para los exámenes de la próxima semana, además hoy debo llegar a casa de Aiden a fingir que el memorial ha estado muy triste, para que los estúpidos micrófonos nos escuchen.

GABRIEL

Termino de revisar los inventarios de la biblioteca y Leopoldo llega con otra caja de libros de la bodega, ha cargado como treinta cajas solos y parece no molestarle hacerlo.

—Leo, en serio, yo te ayudo a ordenar, pero debo terminar esto primero.

—No, no, estoy bien, tranquilo, yo te dije que quería ayudarte.

—Siento que me estoy aprovechando de ti.

—Claro que no —ríe con dulzura —Jamás pensaría eso de ti.

—Vale —rodeo la mirada con una carcajada, termino de comprar un nuevo stock de libros que se habían agotado y por fin puedo ayudarle a Leo, mientras ordenamos el pasillo nuestras manos se juntan por un par de segundos, nos miramos y él se sonroja —¡Mejillas rojas! No te las había visto antes.

—Déjame, no me molestes.

—¿Por qué? Te sonrojas más aún.

—Escucha, tengo algo que hablar contigo.

—¿Qué sucede?

—Anoche... anoche tu primo estaba raro.

—¿Andrés?

—No quiero decirte lo que decía, porque estaba algo bebido en su cuarto después del funeral, pero las cosas que susurraba eran algo desquiciadas.

—No entiendo a qué te refieres la verdad.

—Bueno, él dice... —alguien que pasa por el pasillo nos interrumpe, intenta seguir hablando, pero la verdad es que es difícil con toda la gente que tiene la biblioteca en este momento —Creo que mejor hablamos en casa.

¿Estás Mintiendo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora