¿Estás Mintiendo?

Capítulo 58 - Hermanos

LUCK

Cuando nos trasladan a una celda en solitario, es cuando me doy cuenta que está todo perdido, ya no tengo comunicación con los demás chicos, se acabó el estar coordinando mentiras, decidiendo cuáles serán los siguientes pasos, se terminó todo eso, llegó el momento de la verdad, de aceptar todo, pero no dejaré que Aiden y los demás paguen por lo que hice, fue un completo error llamarle esa noche y pedirle ayuda, fue algo que jamás debí haber hecho.

LEOPOLDO

Bajo la maleta del auto, mi Padre me ayuda a llevarla en lo que mi Mamá abre la puerta de la casa, las luces están encendidas y la alarma activada, supongo que era porque dejaron a solas al más pequeño de la casa.

            —Tenemos un cuarto para ti —dice mi Madre, tomandome de la mano con delicadeza y arrastrándome hasta la habitación que queda al final del pasillo, ella abre la puerta y veo el lugar.

Es un cuarto bastante grande, con la ventana apuntando al jardín, hay un librero lleno hasta la mitad, un armario vacío, un escritorio igual vacío, y una cama grande de dos plazas.

            —Este es tu cuarto, siempre dijimos que era la habitación de huéspedes, pero en el fondo toda la vida la preparamos para recibirte a ti —camino alrededor de ella, en el suelo hay una alfombra color verde oscuro, levanto la mirada, mi Padre me dice que deje la maleta sobre la cama y que le acompañe, supongo que llegó el momento que tanto me aterraba.

Regresamos al comienzo del pasillo, hay una puerta entreabierta, mi Madre la empuja con lentitud y veo al mi hermano pequeño sobre su cama, distraído leyendo un libro mientras tiene la televisión a todo volumen.

            —Hey, Dalton —el chico levanta la mirada —Llegó tu hermano, Leopoldo.

            —Puedes llamarme Polo —digo asustado, él deja el libro a un lado, se levanta y me mira asombrado.

            —¿No eres el que estaba el otro día en el parque? —yo asiento —¿Y por qué?

            —Eh... bueno...

            —Polo nos encontró antes que nosotros pudiéramos hacerlo —dice Mamá.

            —Oh —dice él sin mostrar animo alguno.

            —Tienes un cuarto muy bonito.

            —¿Te lo enseño? Mira —él me toma del brazo, me lleva hasta su librero donde tiene un montón de comics y figuras de acción, me las va presentando una por una, me pierdo en su emoción, hasta que me doy cuenta que nos han dejado a solas, y que llevo como media hora escuchándole hablar, luego me señala sus libros, le gusta leer fantasía y algo apocalíptico, es muy curioso para ser tan pequeño —¿A ti te agrada leer?

            —Un poco quizás.

            —¡Te puedo prestar libros! Mañana jugamos al soccer, te puedo enseñar también si no sabes.

            —Tranquilo, algo sé, podemos jugar en el jardín si quieres.

            —Oh por Dios, ¡Eso suena asombroso! —él salta a abrazarme, yo se lo regreso con suavidad y luego nos llaman para cenar.

Salimos del cuarto, veo la mesa con cuatro platos servidos.

            —Tienes que irme diciendo que te gusta cenar, y que cosas no te agradan —dice mi Madre.

            —Nos vamos adaptando de apoco —dice Papá —¿Cómo estás? Me imagino que es mucho que procesar en tan poco tiempo.

            —La verdad es que si —digo —Pero no creo que... que se me sea difícil aceptarlo.

            —Yo estoy feliz —dice Dalton —Siempre quise que mi hermano apareciera, aunque tenía miedo de que no me quisiera.

            —Yo tenía miedo de eso —admito —Tranquilo, nos vamos a llevar bien, te lo prometo.

LUCK

Un mes después:

Último día del juicio, los detectives han mostrado la mayoría de evidencia que pudieron, aunque el rastreo de los teléfonos y las conversaciones grabadas en nuestras casas no han podido enseñarlas, ya que fue completamente ilegal y sin un permiso que les autorizara hacerlo, así que solo dependemos de las declaraciones.

Los últimos en hablar son los Papás de Allen, que dicen que me vieron un par de veces en su casa por lo del trabajo que tenía con el chico, pero que jamás mostré algún rasgo de que quisiera hacerle algo, pero no dudan que haya sido yo después de todo.

El testigo final de todo esto, es Andrés, quién se sube al estrado, jura que dirá solo verdad y nada más que la verdad.

            —Su declaración es crucial —dice nuestra abogada —Dependemos de él —Andrés comienza a narrar todo lo sucedido en su casa, no quiero mirarle los ojos, no quiero que piense que le estoy pidiendo que cambie su versión de los hechos.

            —Todo sucedió temprano, antes de media noche y durante el eclipse —dice Andrés —Y Luck estaba allí, conmigo, de temprano —levanto mi cabeza sorprendido, me miro con Aiden y Jordan, para luego verle a Andrés, está muy tranquilo para estarle mintiendo a la corte —Luck estuvo allí, en todo momento, limpio, normal, ni siquiera agitado, si le hubiera hecho algo a Allen... yo lo habría notado, él es inocente —los abogados de la víctima se ponen de pie para argumentar de que Andrés está mintiendo, todo se vuelve un caos, después de quince minutos de gritos entre abogados, deciden dar de baja lo que dice Andrés, y el piden al señor jurado que no lo tomen como declaración final, eso me termina de sentenciar, pero gracias a Dios, solo a mí, porque me declaro culpable de haber actuado solo.

            —¡¿Qué estás haciendo?! —dice Aiden, tomando de los hombros.

            —Basta de que ustedes mientan por mí, se acabó, hice algo malo, y debo pagar por eso.

            —¿Estás mintiendo? —pregunta el juez —¿O de verdad te estás declarando culpable de absolutamente todo?

            —Soy culpable, yo lo hice solo, sin ayuda de nadie.

            —¡¡Luck!! —escucho gritar a Aiden detrás de mí, los policías lo sacan del salón del juicio, me volteo a verlo, quizás esta sea la última vez que lo haga -¡¡Luck no hagas esto!! —grita.

Me esposan, me toman los polis, y me llevan de regreso a mi celda, he sido sentenciado a 20 años de prisión.