LUCK
Veo como Andrés a lo lejos mira el memorial de Allen que están haciendo en el patio del campus de la Universidad, él se mantiene distante de todo el mundo, intento acercarme, pero es demasiado hipócrita de mi parte decirle algo, cuando yo fui quién mató al chico del que él estaba enamorado, y lo peor es que puedo solo decir eso en mi mente, esto es algo que nunca puede salir de mi boca.
Voy a mi salón de clases, esta vez tengo un taller en la biblioteca, hago un resumen de lo que el maestro nos pide y luego me marcho a casa, mi Madre se ha ido a trabajar ya, así que ha comenzado su turno y debo encargarme de prepararle la cena a mi hermana.
Cocino en silencio en lo que ella llega de hacer unos trabajos con algunas amigas, limpia la mesa y cenamos, ella trata de hablar sobre lo que nos pasa, pero la verdad es que preferimos solo guardar silencio.
Al entrar a mi cuarto saco uno de los viejos libros que tengo en mi escritorio, toco la portada color naranja y leo hasta cerca de la una de la mañana, Aiden me manda algunos mensajes diciéndome como está Jordan, sigue enojado con Cristóbal y creo que la cosa a este paso no se va a arreglar.
JORDAN
Son casi las dos de la mañana cuando me levanto de mi cama, tomo un poco de agua y me quedo sentado en el sofá, hace demasiado frío por las noches y Aiden posee la única estufa eléctrica que hemos comprado, toco en su cuarto y veo que no la tiene encendida.
—¿Qué haces tú despierto a esta hora? —susurra escondido entre las frazadas de su cama.
—Solo quiero la estufa, tengo mucho frío.
—Ah, puedes llevártela.
—Gracias.
—No tendrías tanto frío si estuvieras acostado con Cris, pegadito uno al lado del otro, pero prefieres ser un resentido.
—¿Quieres dejar de molestarme? —digo agotado —Solo quiero la maldita estufa y ya está —salgo del cuarto de mi mejor amigo y escucho como alguien golpea la puerta, asustado regreso al cuarto de Aiden, él se levanta de la cama y se pone pantalones para poder abrir.
Juntos nos acercamos a la puerta, Aiden abre despacio y Cristóbal nos mira en silencio. Hace con su dedo un signo de silencio, no decimos nada, él entra al comedor y cierra la puerta con delicadeza, lo vemos sacarse los zapatos y subirse sobre una silla, saca desde el foco de la luz un micrófono muy pequeño, abrimos nuestras bocas súper sorprendidos, no decimos nada hasta que él nos indique que podemos hablar.
Cris saca otro micrófono escondido debajo del sofá, uno de mi cama y otro de la cama de Aiden, el último lo saca desde el foco de la luz del baño, guarda los cuatro micrófonos en una cajita de plástico, la cierra y luego la deja dentro del estanque del inodoro, suspira agotado luego de eso.
—Ya pueden hablar —dice mientras escucha con un audífono desde su teléfono —no suena nada.
—¿Qué mierda? —le impacto con enfado —¡¿Qué hacen esas cosas en nuestra casa?!
—Las metieron hoy en la mañana, me enteré hace como una hora atrás, estaba trabajando hasta tarde en el informe de la lámpara cuando me dieron acceso a los micrófonos.
—Eso es ilegal —dice Aiden —No pueden llegar y meterse en propiedad privada, esta casa es mía, me la dejaron mis Padres.
—Lo sé, nada de lo que digan acá puede ser usado en su contra, pero si dicen algo sobre Allen, los detectives ya sabrán que fueron ustedes y no hay vuelta atrás.
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¿Estás Mintiendo?
Teen FictionCuando tenía 14 años, a Luck le comenzó a hablar un chico misterioso por mensajes de texto, se volvieron amigos muy rápido hasta que los mensajes se hicieron públicos en el Colegio y todo el mundo supo que él estaba enamorado de Aiden, su mejor amig...