Capítulo 27 - Segundas oportunidades

409 65 18
                                    

Me quedo mirando a Gabriel, tratando de reconocerlo de alguna forma, puedo observar un lunar que tiene cerca del labio inferior, en la zona izquierda de su rostro, y sí, es el Gabriel que me molestaba cuando yo era pequeño.

Es el mismo Gabriel que una vez me empujó contra el casillero y me dejó un moretón en el hombro, el mismo que se metió debajo de mi mesa, le hizo nudos a los cordones de mis zapatos, y cuando me puse de pie en clases me caí y casi me rompí un diente, y es el mismo que Aiden le dió una paliza al salir de clases un día viernes, casi sacándole los ojos a puñetazos.

Es el Gabriel que empujó a la enfermera por la escalera, le quebró la espalda y por eso lo expulsaron de la Escuela, aún cuando muchos dicen que eso no es verdad y lo expulsaron porque lo descubrieron teniendo sexo con una chica en el Gimnasio, yo creo que lo de la enfermera es la verdadera historia, tiene más sentido para mí.

—Tranquilo, no va a hacerte nada —me dice Aiden, en lo que pega el último cartel que nos quedaba de Allen —No mientras yo esté contigo.

—Gracias —susurro, no aterrado, creo que he pasado por cosas peores, además puedo darle un par de puñetazos si empieza a molestarme, no soy tan inocente como antes.

Tomo a Aiden de la mano, caminamos por la carretera llena de personas, él me gira hacia él y me sonríe como un tonto.

—Entonces, ¿Vas a quedarte conmigo en casa esta noche?

—No puedo, está mi Madre en casa, y creo que hoy me dejó más que claro que debo pedirle permiso para hacer ciertas cosas.

—¿No se supone que eres mayor de edad?

—Sigo viviendo con ella.

—Eso puede cambiar si quieres, mi casa es tu casa —Aiden se me acerca, toca mi mejilla, alcanza a tocar mis labios y yo levanto mis pies para poder llegar a sus labios, pero alguien detrás de nosotros se limpia la garganta y nos interrumpe.

—No sé si no se han dado cuenta —dice mi Madre —Pero estamos acá buscando a un chico de la Universidad, es algo serio.

—Lo siento —digo avergonzado, Jordan suelta una pequeña sonrisa para burlarse de mí.

—En fin, quedamos en que Jordan dormirá hoy en el sofá, y mañana regresará con Aiden.

—¿Qué? —pregunto.

—Tranquilo, lo acordamos con Aiden, hablamos un rato mientras nos entregaban los carteles —Aiden asiente a lo que me informa Jordan, yo me giro hacia él y asiento de forma pensativa.

—Por eso me invitabas a dormir contigo, era la última noche donde tendrías la casa sola —Oh por Dios, ¿Acabo de decir eso al frente de mi Madre?

—Prefiero no responder —dice Aiden, rascándose el cabello y yendo por la última entrega de carteles con el rostro de Allen en blanco y negro. Jordan le acompaña, me quedo un ratito charlando con mi Madre, pero ella luego se marcha a terminar con Charlie, a solas espero a que Aiden regrese, luego quién toma asiento conmigo para hacerme compañía fuera de la única farmacia abierta a las nueve de la noche, es Andrés.

—Hola —susurra con tranquilidad —No quiero molestarte, solo quiero saber...

—Estoy bien —respondo, mientras empiezo a sentir algo de frío, la noche se está poniendo más helada de lo que esperaba —¿Cómo estás tú?

—Bien, la compañía de Gabriel me ayuda bastante —yo asiento como una respuesta, no sé qué decirle —Yo... yo lamento no haberte dicho antes que...

—Andrés no quiero hablar de eso ahora, además ya no tiene caso, tú y yo terminamos.

—¿Crees que alguna vez vayas a perdonarme?

¿Estás Mintiendo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora