Capítulo 36 - Aquella Persona

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LUCK

El calor de la fogata comienza a sonrojar mis mejillas, aunque Aiden bromea sobre mi color de piel e insiste en que no se me nota lo sonrojado, le golpeo el hombro y con Jordan caminamos hasta una mesa donde están vendiendo alcohol, saco algo de dinero de mi billetera, mientras me preparan el trago barato que he comprado, Andrés aparece mirando su celular y sonriendo algo falso, lo siento bastante preocupado.

            —Hola —digo lo más fuerte que puedo, en lo que Jordan recibe su trago y se marcha a caminar por allí.

            —Hola, Luck ¿No has visto a mi primo? No lo encuentro por ninguna parte y no me responde las llamadas.

            —¿Gabriel? ¿Se supone que está acá en la fogata? —Andrés presiona sus labios y asiente en silencio, yo miro hacia mi izquierda para tratar de buscarlo, pero Andy tiene razón, no se ve por ninguna parte y el lugar no es tan grande para perderse, es una cancha de futbol que está detrás de la biblioteca del centro, aun me sorprende que se hayan conseguido este lugar para un evento tan ruidoso y caótico como este, pero como todo es en beneficio de la búsqueda de Allen, la Municipalidad no debe haber puesto problema alguno.

            —Diablos, me preocupa, no estaba muy bien cuando llegamos.

            —¿Le sucede algo? Supongo que Leopoldo tiene algo que ver en todo esto.

            —Gabi está muy mal, no entiendo qué clase de relación están teniendo, pero muy linda no es.

            —¿Sabes que pienso? Que aún ni ellos saben lo que tienen —le doy un sorbo a mi trago y arrugo la nariz por lo malo que está —Dales tiempo, es mejor no involucrarse, sé que te preocupa tu primo, pero ¿Y si esto es real? ¿Si de verdad funciona?

            —¿Leo y Gabriel? Difícil.

            —Pero no imposible.

JORDAN

Veo como Lucky camina hacia donde está Aiden, toman asiento juntos en el césped y comienzan a beber lo que han comprado, no quiero ir a interrumpirles el momento de novios que acaban de generar, así que decido darme una vuelta por el lugar, aunque no hay mucho que hacer, me quedo a solas en el parque que está en frente, le doy el último sorbo a mi vaso y pienso que se me hace raro que estén todos tan callados en el grupo de WhatsApp del callejón, siempre dicen quién va a pelear y con quién.

Busco mi teléfono en el bolsillo, y me doy cuenta de que no lo tengo, abro mis ojos asustado y me pongo de pie, me reviso los bolsillos del pantalón, los de la chaqueta, otra vez los del pantalón y otra vez los de la chaqueta, y nada, mi puto teléfono no está en ninguna parte.

            —Mierda, mierda, mierda —corro por donde estuve caminando anteriormente, pero no lo veo en el suelo, que patético si se me cayó es obvio que alguien ya lo encontró y se lo ha quedado.

Voy hasta la mesa de bebidas, le pregunto a la chica que está atendiendo, pero dice que no ha visto nada, busco a Aiden por todas partes, cuando lo encuentro lo jalo de la remera y le quito el teléfono de la mano.

            —Que bruto eres, ¿Qué te pasa?

            —¡Mi teléfono se me ha caído!

            —Te juro que no entiendo como no pierdes la cabeza —Aiden sigue regañándome mientras yo le marco a mi número, nadie responde hasta la tercera llamada, la voz de un chico suena al otro lado de la red.

            —¿Hola? —pregunto.

            —Hola, eh... encontré este teléfono —Aiden me golpea el cabello.

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