Wolfind. 14 de septiembre a las 20:56. 11 días para la próxima luna llena.
Steve corría de un lado a otro en su casa.
Cabello ordenado: listo. Perfume y desodorante: listo. Llaves: listo. Cartera por si acaso: listo. Aliento a la palma: huele bien.
Todo estaba listo.
Salió de su hogar pitando; ye era muy tarde.
—Ey, Stevie —canturreó Sharon, quien venía caminando por la acera rumbo hacia su casa. En cuanto le vio, apresuró el paso.
Contuvo un suspiro de exasperación, poniendo su mejor cara para recibir a la rubia. Ella, nada más llegar donde él, se lanzó a sus brazos, rodeándole por el cuello y robándole un fugaz beso en los labios. La aportó lo más gentil que pudo, pero la rubia se negó a soltarle el cuello.
—Sharon, ¿qué haces aquí? Acabo de dejarte en tu casa hace apenas diez minutos. —Trató de no sonar asqueado.
Tal como le había informado a su nuevo amigo, ese día había quedado de verse con su supuesta novia. No es que ya fuera oficial, al menos no para él, pero la actitud de Sharon daba a demostrar que para ella ya eran una pareja formal.
Se habían reunido en un restaurante para comer algo y pasar la tarde. Le gustaría decir que fueron unas horas agradables, pero la verdad es que no dejó de sentirse incómodo en todo el lapso de tiempo que pasó junto a la rubia. Aún existía en él ese algo que le impedía disfrutar del todo de la compañía de la mujer.
—Stevie, estaba pensando que la noche aún es muy joven como para irnos a dormir. ¿No quieres hacer algo más... divertido? —inquirió sugestiva, jugueteando con un dedo sobre el pecho de Steve, colándolo entre los botones de la camisa que llevaba el otro.
—No puedo —contestó tajante. Tomó la mano de la mujer y la apartó de su pecho y, de paso, de todo su cuerpo—. Quedé de verme con Tony esta noche. Le enseñaré mis obras de arte. —Torció la boca y desvió la mirada de la mujer al agregar con voz apenas audible—: Las que, por cierto, tú dijiste que eran aburridas.
La rubia se sintió dolida ante el rechazo del otro.
—¿Tony? ¿Tony Stark? ¿Hablas del putito al que se está cogiendo Peter Quill? ¿El que es nuevo en el pueblo? Ay, Stevie, no creo que sea bueno que te juntes con esa clase de gente. He escuchado que su enfermedad es contagiosa.
Steve rodó los ojos. Cruzó los brazos sobre su pecho.
—Tony no es ningún putito y mucho menos se lo está cogiendo ese mujeriego. Sólo vive con él porque no tiene otro lugar en dónde estar. Y créeme, dudo mucho que la homosexualidad sea un virus que se propaga de boca en boca.
—Los maricones son una plaga en el mundo, Steve. Y tú créeme a mí, no te conviene juntarte con él.
Volvió a rodar los ojos.
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La Bestia de Wolfind (Stony)
FanficTony Stark, un hombre joven con un matrimonio fallido, escapa de la ciudad y de las garras de su marido abusador. Así es como llega a Wolfind, un pequeño pueblo leñero apartado de todas las luces y ruidos de la ciudad. Ahí conoce a Steve Rogers, un...