58.

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Paula.


-¡Ya voy! -exclamé cuando escuché el timbre sonar.


Abrí y me encontré con... Mateo.


-Mateo, qué sorpresa -dije.

-Hola Pau, ¿puedo pasar?

-Sisi, obvio.

-¿No molesto?

-No, tranqui.

-Menos mal.

-¿Querés tomar algo?

-No, gracias.

-Vení, sentate.


Nos sentamos en el sofá y esperé a que él empezara a hablar.


-Pau...

-Decime.

-Yo vine porque...

-¿Porque qué? 

-Porque...

-Hablá, por favor.

-Porque te quiero.

-Somos amigos, eso es lógico.

-No te quiero como se debe querer a una amiga, ese es el problema.


Comprendí, y me asusté.


-Mateo vos sabés que...

-Sí, ya sé.

-¿Y entonces?

-Pero no lo puedo evitar Paula. Yo nunca te olvidé.

-No quiero lastimarte, pero vos sabés que amo a Nicolás.

-Sí, sé que lo amás y que siempre lo amaste, incluso cuando estuviste conmigo. Estabas conmigo porque yo te recordaba a él, ¿pensás que no me daba cuenta?

-Eso no es verdad.

-No soy estúpido, nunca lo fui. A mí nunca me quisiste como lo quisiste a él.

-Fuimos novios, ¿cómo no te iba a querer?

-Pero siempre lo quisiste más a él.

-Mateo...

-¡Él te odiaba, te despreciaba, se reía de vos, y vos lo seguías queriendo! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué a él sí y a mí no?!

Verte otra vez. {Nicolás Lodeiro}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora