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Paula.


-¡¿Paula?!

-Me dijiste que viniera a las siete de la mañana.

-Pero dijiste que no ibas a venir.

-Una pequeña mentira -reí- ¿Puedo pasar?

-Obvio, pasá.

-Tenés una cara de dormido, estás hermoso.

-Estoy hecho mierda, bancá que me voy a cambiar.

-Ok, traje el desayuno.

-Ah sos una genia.

-Ya sé.


Luego de diez minutos Mateo volvió y nos sentamos en la mesa a desayunar.


-No me imaginé que ibas a venir.

-Te dije que iba a venir.

-Sí, pero no a las siete.

-¿Te molesta?

-No, me encanta.

-Ah, mejor entonces -reí- Amo tu carita de dormido.

-¿Sigo teniendo cara de dormido? La puta madre.

-Estás hermoso.

-Dejá de mentir.

-No te estoy mintiendo, me gusta tu carita de dormido. Me dan ganas de abrazarte y darte muchos besos.

-Y hacelo.

-Estoy comiendo, la comida es más importante -reímos.

-Te quiero.

-Yo también te quiero.

Verte otra vez. {Nicolás Lodeiro}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora