TAREAS REALES (BEAL)

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Mal llevaba más de medio día encerrada en su oficina en el castillo Real

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Mal llevaba más de medio día encerrada en su oficina en el castillo Real. La peli morada había asumido hace un par de semanas su papel como reina después de haber regresado de su luna de miel, la cual duró muy poco para su parecer. No es que Mal no quisiera ser Reina del pueblo de Auradon, simplemente, sabía que una vez que estos regresaran del viaje, Ben y ella no tendrían suficiente tiempo para pasar tiempo juntos.

Tal como lo predijo, Ben y ella no se veían desde hace 4 días. Cuando uno llegaba al cuarto que ambos compartían, el otro todavía se encontraba trabajando, para la hora en la que se quedó más tiempo volvía, el que había llegado primero al cuarto ya se encontraba profundamente dormido. No era un secreto para nadie, que, debido a esto, el Rey y Reina de Auradon no estaban del mejor humor. Ambos se extrañaban el uno al otro de manera inimaginable.

Mal no pudo evitar soltar un suspiro frustrado al escuchar como tocaban la puerta. ¿Que acaso no podían pasar 10 minutos sin que alguien la interrumpiera de sus tareas reales? Como si no tuviera suficiente con tener a Gruñón casi encima para que aprobara la expansión de las minas de la familia de Doug. Mal soltó un fuerte suspiro y respiro 4 veces antes de hablar.

MAL: Adelante... (Dijo intentando sonar amable)
BEN: Hola... (Dijo asomándose por la puerta)
MAL: No tengo tiempo para más peticiones el día de hoy. Dile a quien sea el que esté esperando que lo podré atender hasta mañana... (Dijo sin levantar la mirada de su computadora)
BEN: ¿Ni siquiera la petición de tu apuesto esposo...? (Dijo poniéndose enfrente del escritorio de Mal)
MAL: ¡¡BEN!! Lo siento, pensé que eras Odette. ¿Podrías salir a decirle que necesito un café?  (Dijo mirándolo rápidamente para volver a poner su vista en la pantalla del computador)
BEN: Eso no va a ser posible... Le dije que se tomara el resto del día libre. (Dijo rodeando el escritorio para ponerse junto a Mal, quien seguía sin hacerle mucho caso)
MAL: Por favor dime que estás jugando... (Dijo levantando la vista de la computadora para mirarlo seriamente)
BEN: Lamento decirte que hablo en serio cariño
MAL: Ben... Tengo mucho trabajo... Ahora como se supone que voy a terminar... Quería irme temprano para poder verte en la noche y ahora todo se arruino (Dijo soltando un fuerte suspiro para contener las lágrimas que querían salir)
BEN: Cariño... No llores... Tengo todo arreglado... (Dijo limpiando una lágrima que había conseguido salir de los ojos de Mal)
MAL: ¿De qué hablas...? (Dijo con la voz un poco entrecortada)
BEN: Hablé con mi madre y Evie y aceptaron cubrirte en tus tareas reales durante dos días... (Dijo dándole una pequeña sonrisa mientras limpiaba otra lágrima de la mejilla de Mal)
MAL: ¿Qué hay de tus tareas? (Preguntó poniéndose de pie)
BEN: De eso también me encargue... Doug y mi padre me cubrirán... Así que, agarra tus cosas porque vamos a ir a nuestro cuarto... Nos vamos a poner nuestros pijamas... Y vamos a ver la película que tú quieras.... Mientras... comemos fresas... ¿Qué te parece esa idea? (Dijo dándole un beso a Mal entre cada oración haciendo que esta sonriera)
MAL: ¿Podemos abrazarnos mientras vemos la película? (Dijo con la voz todavía un poco entrecortada)
BEN: Eso también suena maravilloso... (Dijo sonriéndole para después darle un último beso)

Ben ayudó a Mal a recoger todas sus cosas mientras hablaban de que más podrían hacer hasta que tuvieran que volver a sus tareas reales dentro de dos días. Una vez que tenían todas las pertenencias de Mal, comenzaron a dirigirse a la que era su habitación, caminaron por los pasillos del castillo tomados de la mano hasta que llegaron a su destino. Una vez que entraron al cuarto, cada uno se dirigió a su armario y se colocó el pijama.

Ben llamó a la señora Potts para que les trajera las fresas que le había prometido a Mal. Mientras esperaban, Mal escogía la película en Netflix. Minutos después alguien tocó la puerta del cuarto. Ben se levantó a abrir la puerta y tomó las fresas para después agradecer a la señora Potts por su servicio.

Ben no pudo contener la risa al ver la película qué Mal había elegido. No le sorprendía la elección, después de todo La Bella y La Bestia siempre había sido la película favorita de su amada esposa. Ben se recostó junto a ella y puso una manta cubriéndose a ambos mientras Mal se acomodaba en el pecho de Ben, el cual rápidamente la abrazo por la cintura para pegarla más a él.

A la mitad de la película, Mal se quedó dormida en el pecho de Ben mientras este la miraba sonriendo tiernamente a la misma vez que acariciaba sus morados cabellos haciendo que Mal soltara pequeños suspiros de vez en cuando. No pasó mucho tiempo para que Ben se uniera a ella en un profundo sueño, esperando que el día de mañana llegara rápido para poder disfrutarlo junto a su esposa.

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