PERFECTA (DEVIE)

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Hacía ya vario tiempo que los chicos habían notado a Evie cada vez más rara, en especial Doug

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Hacía ya vario tiempo que los chicos habían notado a Evie cada vez más rara, en especial Doug. El chico había visto como el brillo de su amada novia se desvanecía cada vez más con el pasar de los días. Los amigos de Evie trataron de hablar con ella en varias ocasiones, pero está siempre les decía que no le sucedía nada y que simplemente se encontraba un poco estresada por la escuela y las tareas.

Evie lentamente se había ido alejando de sus amigos, prefería pasar tiempo a solas que pasar el tiempo con ellos. En las clases, prefirió sentarse en una esquina alejada de todos, mientras los veía reír desde lejos debido a las bromas de Jay y Carlos. Las noches las pasaba en vela llorando, mientras intentaba esconder sus sollozos para que su mejor amiga no la escuchara en sus momentos de debilidad. Las horas de la comida se escondía en cualquier lugar del colegio para que nadie pudiera verla. Evie simplemente se había vuelto su propia enemiga.

Sus amigos habían notado que cada día que pasaba, la chica se veía más demacrada. Debajo de sus ojos, habían tomado lugar unas ojeras tan marcadas y moradas como el cabello de la descendiente de Maléfica. La ropa que antes le quedaba a la perfección, ahora se veía más grande de lo normal sobre su cuerpo. También, habían notado cómo su manera elegante de caminar, se había vuelto uno más lento y pesado. Como las calificaciones de la peliazul, iba lentamente disminuyendo con el pasar de los días.

Todo empezó a tener sentido, un día que Doug entró al dormitorio que le pertenecía a Evie. Al entrar, encontró a la chica frente al espejo mientras lloraba. Doug al ver que Evie no se había dado cuenta, se quedó inmóvil para que la chica siguiera sin notar que se encontraba ahí. Si esa era la única manera de descubrir qué le sucedía a la peliazul, eso haría. Aunque no fuera la manera correcta de hacerlo.

EVIE: ¿Por qué tienes que ser así? (Dijo mientras sollozaba de una manera dolorosa)
DOUG: ... ( Doug estaba a punto de hablar pensando que Evie se había dado cuenta de su presencia, y que le hablaba de él)
EVIE: Madre tenía razón... Nunca vas a ser perfecta para nadie. Debiste darte cuenta de esto antes... Por más que intentes, siempre vas a estar gorda. No puedes evitar que a tus amigos y novio les de asco tu presencia... Seguro han de aguantar hasta las ganas de vomitar al verte. Das asco Evie. Cómo es que Doug se llegó a fijar en ti, solo mirate... (Hablaba mientras las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas como si se tratara de dos cascadas)

Evie no pudo continuar debido a que unos brazos la rodearon fuertemente. Doug al escuchar todo lo que Evie había dicho, no pudo evitarlo. No era capaz de seguir escuchando a Evie hablar de esa manera sobre ella misma. Evie le devolvió el abrazo, aferrándose a él con desesperación mientras sollozaba en el cuello del chico como si su vida dependiera de aquello.

Doug dirigió a la chica hacia la cama, mientras seguía abrazándola contra su pecho con fuerza. Una vez ahí, colocó a Evie sobre su regazo. El cuerpo de la chica se sacudía violentamente debido a los sollozos que soltaba, mientras Doug acariciaba su espalda en un intento de consolarla. Mientras Evie seguía llorando abrazada a él, no pudo evitar pequeñas lágrimas que salían de sus ojos al ver a su novia en ese estado.

EVIE: ¿Doug? (Dijo Evie entre sollozos)
DOUG: ¿Que paso princesa? (Preguntó mientras acariciaba el cabello de Evie)
EVIE: Tenemos que terminar (Dijo aferrandose mas a él en un intento de no quebrarse más de lo que ya estaba)
DOUG: ¿Por qué? (Le pregunto confundido, mientras seguía abrazando a Evie con fuerza)
EVIE: Por que si Doug (Dijo esta vez intentando separarse de él, pero Doug no lo permitió)
DOUG: No Evie. ¿Dame un buen motivo por el que deberíamos terminar? (Dijo mientras seguía sin soltar a la chica)
EVIE: Solo mírame... Estoy gorda y fea. Tu no te mereces eso Doug, te mereces a alguien mejor... (Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas, sin ningún indicio de detenerse)
DOUG: Evie, escuchame. Eres la mujer mas perfecta que he conocido. No estás gorda y mucho menos fea. Si alguien no es merecedor de tu cariño, ese soy yo. Necesito que tengas claro eso. (Dijo haciendo que Evie lo mirara a los ojos para asegurarse de que lo escuchara)
EVIE: No. Doug, entiende... (Dijo negando con la cabeza)
DOUG: No Evie, entiendeme tu. No voy a dejarte ni ahora, ni nunca. ¿Ok? (Dijo acariciando una de las mejillas de Evie con cariño)
EVIE: Gracias... (Dijo para después darle un pequeño beso en los labias, haciendo que el chico sonriera levemente)
DOUG: Bien. Ahora vamos, te invito a comer a donde tu quieras. (Dijo levantándose con Evie entre sus brazos)
EVIE: No tengo hambre... (Dijo bajando la mirada al suelo)
DOUG: Evie... ¿Cuándo fue la última vez que comiste algo? (Le pregunto preocupado por la chica)
EVIE: Yo... No me acuerdo... (Dijo a la misma vez que sus ojos se volvían a cristalizar)
DOUG: Ay princesa... ¿Por qué te haces esto a ti misma? (Dijo en un tono de voz triste)
EVIE: Perdón... (Dijo mientras una lágrima resbalaba por su mejilla)
DOUG: No pidas perdón... Esto no es tu culpa. Después de comer algo, vamos a ir a buscar ayuda... Todo va a estar bien, te lo prometo... (Dijo limpiando la lagrima de la mejilla de Evie)
EVIE: Gracias por todo, no se que seria de mi si no estuvieras en mi vida. (Dijo dándole una pequeña sonrisa, la cual iluminó el mundo de Doug)
DOUG: No sabes cuanto te amo. (Dijo sonriendo ante las palabras de Evie)
EVIE: Yo también te amo Doug. Más que nada en este mundo. (Dijo sonriendo de la misma manera que Doug)

Después de eso, Doug tomó la mano de Evie y los dos salieron del dormitorio de la chica. Tal y como Doug lo había prometido, después de comer fueron con el Hada Madrina. Evie recibiría la ayuda que necesitaba. Al poco tiempo, Evie volvió a ser la misma chica soñadora y alegre que había llegado a Auradon. Doug todos los días se encargaba de recordarle a EVie lo perfecta que era, nunca iba a volver a dejar que pensara lo contrario.

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