One Shots DESCENDIENTES

EL ANILLO PERDIDO (BEAL)

Era una hermosa mañana en Auradon, con el sol brillando a través de los altos ventanales del castillo. Mal, la Reina de Auradon, se encontraba en su habitación, preparándose para un día lleno de responsabilidades. Sin embargo, al mirar su mano, una ola de pánico la invadió. Su anillo de bodas, un símbolo de su amor por Ben, había desaparecido.

Desesperada, Mal comenzó a buscar en cada rincón de la habitación, revisando debajo de almohadas, en los cajones y hasta en su armario lleno de vestidos. Su corazón latía con fuerza mientras recordaba cómo había sido un regalo de Ben, lleno de magia y significado. Si algo le sucedía a ese anillo, no solo sería una pérdida material; representaba todo lo que habían construido juntos.

MAL: ¡No puede ser! ¡No, no, no!" (murmuró, sintiendo cómo el pánico se apoderaba de ella)

Sin pensarlo, salió de la habitación, recorriendo los pasillos del castillo, revisando cada lugar que había visitado en las últimas horas.

Mientras tanto, Ben, el Rey de Auradon, estaba en su oficina revisando algunos documentos cuando notó que Mal no había llegado a desayunar. Preocupado, se levantó y comenzó a buscarla. Fue entonces cuando se encontró con el caos de su esposa corriendo por los pasillos, con una expresión de angustia en su rostro.

BEN: Mal, ¿qué sucede? (preguntó acercándose rápidamente a ella)MAL: ¡He perdido mi anillo de bodas! (exclamó con lágrimas en los ojos) No sé dónde puede estar. ¡No puede estar lejos! ¡No puede ser!

Ben sintió un nudo en el estómago al ver a su esposa así.

BEN: Tranquila, Mal. Vamos a encontrarlo juntos (dijo, intentando calmarla) Respira hondo.

Mal tomó una respiración profunda, pero la ansiedad aún la invadía.

MAL: ¿Y si no lo encuentro? Ese anillo significa todo para mí, Ben. Me recuerda a ti, a nuestro amor, a todo lo que hemos superado juntos.
BEN: (la miró con ternura) Lo sé, y sé lo importante que es para ti. Pero no podemos dejar que el pánico nos controle. Vamos a buscarlo, y estoy seguro de que aparecerá.

Finalmente, después de unos minutos, Mal se sintió un poco más tranquila gracias a las palabras de Ben.

MAL: Tienes razón. Lo siento, estoy siendo un poco dramática (admitió, sonriendo débilmente)
BEN: Es normal sentirse así cuando algo tan valioso se pierde (dijo Ben, tomando su mano) Vamos a la oficina. Quizás lo dejaste allí.

Ambos se dirigieron a la oficina, donde Ben comenzó a revisar su escritorio. De repente, vio un destello dorado entre los papeles y se acercó. Con una sonrisa triunfante, levantó el anillo de bodas de Mal.

BEN: ¡Mira! (exclamó, sosteniéndolo frente a ella) Lo encontré.

Mal soltó un suspiro de alivio y corrió hacia él, abrazándolo con fuerza.

MAL: ¡Oh, gracias, gracias! No sé qué haría sin ti.
BEN: (la abrazó con cariño) Siempre estaré aquí para ti, Mal. Ahora, por favor, nunca más dejes que algo así te preocupe tanto. Juntos lo podemos superar todo.
MAL: (sonrió, admirando el brillo del anillo en su mano) Prometido. Y gracias por encontrarlo. Me recuerda lo afortunada que soy de tenerte a mi lado.

Ben sonrió de vuelta, sintiendo que su amor, al igual que el anillo, era un vínculo irrompible. En ese momento, entendieron que, a pesar de los altibajos, siempre estarían el uno para el otro, listos para enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.