UN DIA DE AVENTURAS (JONNIE)

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Era un hermoso día en Auradon, y el sol brillaba con fuerza

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Era un hermoso día en Auradon, y el sol brillaba con fuerza. Jay y Lonnie, ahora pareja, habían decidido aprovechar el clima perfecto para tener un día de aventuras juntos. Con la escuela libre por el fin de semana, la ciudad les ofrecía un sinfín de posibilidades.

LONNIE: ¿Qué te parece si empezamos en el mercado de Auradon? (sugirió Lonnie, sus ojos iluminados por la emoción)
JAY: ¡Perfecto! Siempre he querido probar las empanadas de manzana que venden allí (respondió Jay, recordando lo mucho que había oído hablar de ese lugar)

Caminaron de la mano por las calles llenas de color y vida, disfrutando del ambiente vibrante que los rodeaba. Al llegar al mercado, los aromas de especias y dulces les llenaron las narices, y los puestos repletos de productos locales los rodeaban.

LONNIE: Mira eso, Jay. ¡Esos son los globos más grandes que he visto! (exclamó, señalando un puesto decorado con globos de todos los colores)
JAY: ¡Vamos a conseguir uno! (dijo Jay, con una sonrisa traviesa)

Se acercaron al vendedor y, después de un poco de regateo, lograron conseguir un enorme globo en forma de dragón.

Con el globo en mano, continuaron explorando. Degustaron empanadas, frutas exóticas y dulces artesanales, riendo y disfrutando de cada bocado. Sin embargo, lo que realmente hacían especial esos momentos era la conexión entre ellos: sus miradas cómplices, las bromas compartidas y la manera en que se apoyaban mutuamente.

JAY: ¿Qué tal si hacemos algo un poco más atrevido? He escuchado que hay una tirolesa en el bosque. ¡Podríamos probarla!

Lonnie frunció el ceño, aunque una chispa de emoción brillaba en sus ojos.

LONNIE: ¿Tirolesa? ¿Estás seguro de que no es demasiado arriesgado?
JAY: Venga, Lonnie. ¡No te diría que sí si no creyera que eres la más valiente de todas! Además, estoy aquí contigo, ¿qué podría salir mal?

Con un poco de duda, pero entusiasmada, Lonnie aceptó. Después de un corto viaje al bosque, llegaron a la tirolesa. Las vistas desde lo alto eran impresionantes: árboles altos y verdes se extendían hasta donde alcanzaba la vista.

JAY: ¿Lista para volar? (preguntó Jay, mientras se ponía el arnés)LONNIE: ¡Nunca he estado más lista! (respondió Lonnie, su determinación brillando)

Ambos se lanzaron, y el viento les acarició el rostro mientras volaban por encima del bosque. Los gritos de emoción y risa resonaban en el aire, y por un momento, todo lo demás desapareció. Solo existían ellos, su aventura y la alegría de estar juntos.

Al llegar al final, aterrizaron en una pequeña plataforma, llenos de adrenalina y risas.

LONNIE: ¡Eso fue increíble! (dijo Lonnie, sus mejillas sonrojadas de emoción)
JAY: ¡Te lo dije! (sonrió ampliamente, sintiéndose orgulloso de haber compartido esa experiencia)

Mientras caminaban de regreso, la conversación fluyó naturalmente entre ellos. Lonnie le habló de sus sueños y aspiraciones, mientras Jay compartía sus miedos y esperanzas. Esa conexión solo se hacía más fuerte.

Finalmente, decidieron hacer una pausa en un claro del bosque, rodeados de flores silvestres. Se sentaron en la hierba, y el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosas.

LONNIE: Sabes, Jay, hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida (dijo Lonnie, mirando hacia el cielo)
JAY: A mí también me lo parece (respondió él, girándose para mirarla)

Sus ojos se encontraron, y por un instante, el mundo a su alrededor desapareció. Sin pensarlo dos veces, Jay se inclinó hacia adelante y la besó suavemente. Lonnie respondió al beso, sintiendo una calidez que la envolvía. Era un momento perfecto, donde todo encajaba: su amistad, su apoyo mutuo y el amor que habían cultivado juntos. Cuando se separaron, Lonnie sonrió, su corazón latiendo con fuerza.

LONNIE: Gracias por hacer que cada día sea una aventura, Jay.
JAY: Gracias a ti por ser mi compañera en todo esto. No hay nadie con quien preferiría estar (dijo, tomando su mano)

Mientras el sol se ponía, sabían que aún les quedaban muchas aventuras por vivir juntos, y que lo que tenían era un vínculo especial que no podría romperse. Con una nueva energía, se levantaron, listos para enfrentar lo que la vida les deparara, sabiendo que siempre tendrían el uno al otro.

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