MÁS QUE UN ENTRENAMIENTO (JONNIE)

19 6 1
                                    

El sol comenzaba a ponerse en Auradon, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras la tarde daba paso a la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol comenzaba a ponerse en Auradon, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras la tarde daba paso a la noche. Jay había pasado todo el día en la cancha de entrenamiento, ayudando a los nuevos estudiantes del equipo de R.O.A.R. y enseñándoles técnicas de combate. Con su actitud competitiva y decidida, siempre daba lo mejor de sí, pero esa tarde, sentía que le faltaba algo.

O más bien, alguien.

Justo cuando Jay estaba a punto de recoger sus cosas, escuchó una voz familiar detrás de él.

LONNIE: ¿Ya te ibas? (preguntó Lonnie, con una sonrisa divertida mientras se acercaba a él. Estaba vestida con ropa deportiva, lista para entrenar).
JAY: (le devolvió la sonrisa, sorprendido de verla). No sabía que ibas a venir. Ya no te veo tanto en el equipo.
LONNIE: (se encogió de hombros). Quería sorprenderte. Y pensé que tal vez podríamos entrenar juntos, como en los viejos tiempos.

Jay la miró, recordando todas las veces que habían compartido momentos de entrenamiento en equipo, de confianza y complicidad, y sintió una calidez que le hizo olvidar el cansancio.

JAY: Eso suena bien. Además, siempre es divertido competir contigo.

Lonnie le lanzó una mirada desafiante y se colocó en posición de combate.

LONNIE: ¿Crees que puedes seguirme el ritmo, Jay?
JAY: (se rió y se preparó para entrenar con ella). Siempre. ¿Lista para perder?

Y así, comenzaron un combate amistoso, uno que iba más allá de la competencia. Cada movimiento era preciso, y cada defensa era un reflejo de lo mucho que se conocían y confiaban el uno en el otro. Lonnie movía sus pies con rapidez, anticipándose a sus golpes, mientras Jay se esforzaba para estar a su nivel, intentando no quedarse atrás.

El entrenamiento se volvió una especie de danza, donde ambos compartían risas y miradas cómplices. Al final, después de varios minutos, Jay intentó una última jugada, pero Lonnie logró desviar su ataque y lo hizo caer, sujetándolo para inmovilizarlo.

LONNIE: Te vencí, (dijo ella, con una sonrisa triunfante).

Jay se rió mientras intentaba recuperar el aliento, mirando sus ojos oscuros que brillaban de emoción.

JAY: No esperaba menos de ti.

Lonnie lo soltó y se sentó a su lado en el suelo, ambos aún respirando con fuerza. Después de unos momentos, Lonnie rompió el silencio.

LONNIE: Te he extrañado, Jay, (admitió ella en voz baja, sin mirarlo directamente).
JAY: (se sorprendió, y su expresión cambió de divertida a seria). Yo también te he extrañado. Mucho. Me acostumbré a que siempre estuviéramos juntos, y, no sé... simplemente, no es lo mismo sin ti.
LONNIE: (sonrió suavemente, jugando con un mechón de su cabello). ¿De verdad lo sientes así?
JAY: (asintió, y esta vez tomó suavemente su mano). No solo eso. Contigo, todo es mejor. Nunca me había sentido tan... completo como cuando estamos juntos.

Lonnie levantó la vista, sus ojos encontrándose con los de él. En ese instante, parecía que el tiempo se detenía. Jay, que siempre era tan impulsivo y directo, se quedó sin palabras, atrapado por la intensidad de la mirada de Lonnie.

LONNIE: (le dio un apretón a su mano y le sonrió). Para mí también es especial, Jay. Siempre has sido alguien importante en mi vida. A veces pienso que... eres más de lo que me atrevo a admitir.
JAY: (se acercó un poco más, sintiendo su corazón latir con fuerza). Entonces, ¿qué tal si dejamos de pensar y simplemente somos nosotros?

Lonnie sonrió, y en un acto espontáneo, ambos se inclinaron hasta que sus labios se encontraron en un beso suave, tierno y lleno de todas esas palabras que nunca se habían atrevido a decir en voz alta. Fue un momento perfecto, bajo el cielo estrellado y en el campo donde tanto habían compartido.

Cuando se separaron, Jay la miró con una sonrisa traviesa.

JAY: Sabes, todavía no he terminado contigo en el entrenamiento.
LONNIE: (rió suavemente). ¿Ah, sí? Pues que sepas que yo no pienso dejarte ganar.
JAY: (tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella). No me importa perder si es contigo.

Ambos rieron, y juntos, volvieron a la cancha, compartiendo esa noche especial donde el amor y la amistad se unieron en algo aún más fuerte. Porque al final, ellos eran más que compañeros de equipo: eran dos corazones que se comprendían y aceptaban, listos para enfrentar juntos cualquier desafío.

One Shots DESCENDIENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora