Capitulo 38

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Desperté debido al sol que se colaba por el gran ventanal del baño, iluminaba toda la habitación. Alejandro se encontraba entre dormido y despierto quejándose de la claridad del sol.

–¿a que idiota se le ocurre dejar semejante ventanal descubierto?– se quejó poniéndose de pie.

–¿a ti?– me reí. Lo siento pero es que se dice idiota a el mismo y es demasiado gracioso. Volteo, me miro mal y se encerró dentro del baño. Tome mi teléfono donde habían ya varios mensajes de texto de Lía entre ellos amenazas, y advertencias.
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Lía:
Espero que no se hayan quedado dormidos, y traigan ese pastel porque mis niños esperan por ustedes.
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¿Pero que le pasa? Si aprendas son las dos de la tarde. Esperen un momento ¿¡Las dos de la tarde!?

–¡Alejandro!

–¿¡que pasa!?– salió desnudo del baño con residuos el dentífrico en su cara. Me reí. Perdón pero es que estás escenas causan demasiada risa. Volvió a fulminarme con la mirada y en vista de su impaciencia traté de calmarme y hablar.

–¡son las dos de la tarde!

–¿las dos? ¿Que no se supone que debíamos estar a las doce en la casa con el pastel?– preguntó confundido y luego reaccionó –¡demonios el pastel de los niños!– comenzó a correr por la habitación, se vistió de manera apresurada y tomó las cosas que necesitaba para poder ir por el pastel.

–venga vamos, nos arreglamos allá no hay tiempo– y a rastras me saco del departamento y emprendimos camino a la pastelería.

...Horas más tarde...

Les cuento que ¡conseguimos un pastel! Cuando llegamos a la casa casi nos matan.

Flashback
–¿como que no tiene un pastel? Necesito uno ahora, no tengo tiempo y menos para perderlo– demando al pastelero que lo miraba irritado.

–lo haré solo porque los niños no tienen la culpa de tu irresponsabilidad Rousseau, y porque soy amigo de la familia desde hace mucho–

–si si, ¿cuánto tiempo necesitas?–

–media hora, vuelve en media hora– y con eso se retiró a la cocina. En cuanto a nosotros volvimos al departamento para poder arreglarnos un poco antes de irnos pues debíamos esperar media hora. Para arreglarme utilice un jean junto a un abrigo y tenis. Recogí mi cabello en una coleta y recogí las cosas que llevaría en mi bolso. Una vez lista salimos también a buscar el regalo, Dios si que estábamos tarde. Eran casi las tres treinta de la tarde y aún no teníamos el pastel.

–¡vamos! El pastel está listo, lo recogemos y partimos a la fiesta–

Flashback's end

Y bueno cuando llegamos Lía casi nos mata porque ya los niños se desesperaban, y no aparecíamos. No tenían un pastel y ya se estaba saliendo de control la situación. Al final llegamos a las cinco de la tarde, nos habíamos perdido parte de la fiesta pero en fin, llegamos y eso es lo importante.

Estamos reunidos en una de las casas para vacacionar que tiene Alejandro acá en el país. Bastante alejada de la ciudad, casi nadie conoce la ubicación de este lugar así que no me siento tan preocupada de que la demente aparezca por aquí.

Habíamos llegado hace algunas horas y lo más bonito fue el reencuentro que tuve con mi mejor amiga, años que la verdad parecieron siglos. Y aunque estaba enfadada por lo del pastel de los niños se olvidó de ello casi al instante.

Mi Secuestrador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora