Capítulo 24

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Alejandro

–no me toques– hablo en un extraño tono, comenzaba a preocuparme por ella, nunca la había visto así. ¿Que estará pasado por su mente?

–¿qué pasa preciosa?– no se porque razón, pero lloró aún más fuerte que antes, su mirada reflejaba dolor ¿qué pasó mientras no estuve?

–no... no vuelvas a llamarme de esa manera, lamento no ser lo que tú buscas en una mujer– escuchar esas palabras de ella me hace sentir muy mal realmente me sentí como la peor mierda del mundo en el instante en que dijo eso y también me confunde bastante, no entiendo que ha pasado.

–¿que ha pasado? No entiendo Melanie, explícame– dije acercándome un poco a ella pero se alejó bruscamente mientras negaba, su cara estaba toda roja, podía ver la rabia en su mirada ¿pero que hice mal esta vez?

–¿sabes? No se porque me mentí y traté de convencerme todo este tiempo si yo nunca tuve tu corazón ni tu cariño– y eso fue todo, en ese preciso momento sentí una parte de mí quebrarse, y aunque suene muy cursi me dolió que se expresara así de mi. Paso por mi lado y me dio una gran cantidad de cartas y papeles junto a una pequeña caja que tenía cosas dentro, al leerlos quedé perplejo

¿Que demonios es esto? Nada de esto es real, nunca estuve con esa mujer y a ver ¿esas fotos que? Son fotografías antiguas apenas tenia unos 19 años cuando Coral tomó esa foto, de hecho en ese preciso momento estaba intentando alejarla de mi ese día lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Por culpa de ella es que mi primo Harold me odiaba tanto.

Ella era su novia desde que el tenía 18 años, fue ahí donde empezaron nuestros problemas y atentó contra la vida de mi familia por una supuesta traición que nunca sucedió y yo apenas tenía 14 años, pero eso es historia para otro día.

Salí de la habitación en busca de Melanie pero no estaba por ninguna parte, ¿cuanto tarde en salir que ya no está?

–¡Pilar!– llame a la mujer encargada del servicio, seguro la vio salir o algo. Saben, Pilar es mucho más que solo la señora del servicio ella trabajaba para mis padres cuando aún vivían, luego la traje conmigo porque ella era lo más cercano que tenía a una familia aparte de Francis claro está.

–¿si?

–¿de casualidad has visto si Melanie salió de la casa o algo así?

–si, ella ha salido corriendo como loca de la casa llorando ¿le has hecho algo?– preguntó preocupada con un tono molesto y una mirada amenazadora.

–no Pilar como se te ocurre que dañaría lo mejor que me a pasado; han llegado estas cosas pero juro que no son mías, esta mujer solo quiere joderme la puta vida con todas sus patrañas y entonces ella está creyendo toda esta basura y le ha afectado mucho– hable explicándole la situación a Pilar, que era con la única persona que podía desahogarme aparte de Francis y ahora Melanie. ¡Estoy desesperado! ¿A qué tipo de persona se le ocurre meterse en una relación en mi relación? Maldita perra, me las va a pagar y muy caro.

–sí es cierto eso mi niño, y estoy segura de que si porque a mi no me dirías mentiras– hizo una pausa y suspiro –ve por ella he visto lo feliz que eres con Melanie, hace mucho no te veía así, no permitas que un par de oportunistas te quiten algo tan preciado, ni dejes que las marañas de mentiras los enreden– dejo un beso en mi mejilla y siguió su camino. En cuanto a mi opté por llamar al padre de Melanie para que me ayudara a buscarla, solo no iba a lograrlo además de que seguramente no quiera verme y eso me pone mal.

Mi Secuestrador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora