Era eso de las nueve de la mañana más o menos y me encontraba en la cama de Alejandro, no por lo que creen solo estoy mirando como se pone la ropa, más bien un short de tela sin ropa íntima bastante suelto que se le mira muy bien, le va mucho el color negro y bueno estoy intentando que no se de cuenta que estoy observando, aunque creo que él aún piensa que duermo pero igual no estoy muy segura de ello.
–ya sé que no estás durmiendo, pervertida– dijo dándose vuelta señalándome acusatoriamente con el dedo. ¿Que les puedo decir? Al final siempre se percata de que lo ando mirando.
–¿pervertida yo? Solo andaba mirando un poco, ¿que acaso no es igual a lo qué haces tú?– me encogí de hombros y me puse de pie para ir a mi habitación y alistar mis cosas para el viaje que salía en la noche. Cuando me disponía a abandonar la habitación sentí como me eleve del suelo y chille por el tremendo susto que me sacó.
–¿y que es lo que hago yo precisamente según tú?– me tomó por la cintura y la apretó de una manera que incluso dolía un poco, pero no era algo incómodo ni insoportable, no sé si me entiendan.
–bueno, no sé si recuerdas que ayer rompiste un vestido a propósito que dicho sea de paso no me pertenecía– dije mirándolo a los ojos, pues estábamos tan cerca que era imposible no admirar tanta belleza aparte de que estoy enganchada sobre él cual koala. Sentí un tirón y escuché un crujido dándome cuenta que sí, lo había hecho otra vez, rompió mi camisa.
–lo hago porque estorban mi vista, y porque me da la regalada gana– hizo una pausa y desvió su mirada hacía ya saben dónde y luego volvió a mirarme –¿sabes una cosa? Ese sostén rosa se te miraba malditamente bien pero cuando no traes nada es muchísimo mejor– termino de hablar para luego, si damas y caballeros, rompió también el sostén para seguido continuar lo de ayer en la tienda, pero como siempre y para variar fue interrumpido por el sonido desesperante de la puerta.
–¡oh por Dios no otra vez! ¿Está gente que? ¿No pueden hacer nada sin mi? Más vale que tengan una muy buena razón para interrumpirme– hablo y se fue hechando humos a ver quien era pero no sin antes echarme un vistazo y decir "¿Dios porque otra vez? ¿Porque me haces esto?" Yo reí y tome una camisa de él pues había roto la mía.
–señor, es urgente... verá una chica llamada Paulina...– ¿Paulina dijo? Sería demasiada coincidencia que sea la misma en la que pienso, quería seguir escuchando ¿y si era mi amiga? Pero es mejor que no me meta en conversaciones que no son de mi incumbencia.
–¿me permites un momento? Te lo devuelvo rapidísimo– dije a Lucas que asintió y se hizo a un lado.
–¿pasa algo?–
–no, era para avisarte que me iba a mi habitación, llamaré a Lía para que venga ¿está bien?–
–claro Melanie, en cuanto termine este asunto voy donde ti– dijo dándome un beso y me fui a la que actualmente era mi habitación. Tome mi teléfono y le marqué a Lía.
Llamada Telefónica
—hol...
—¿amiga supiste?
—¿qué cosa?
—¡nos vamos a las Bahamas! Francis me ha dicho hace un rato ¿hacemos maletas juntas? Mira que ayer compre muchas cosas que me encantaría mostrarte y unos regalitos ¿que dices?
—claro Lía, de hecho precisamente te llamaba por eso ¿vienes o que?
—por supuesto, ya voy de camino chiao
—vale chiao
Fin llamada telefónicaLuego de esa llamada fui a tomar una ducha para verme un poco más presentable. Una vez lista después de una ducha relajante me puse un pantalón largo de tela suelta negro junto a un top de múltiples colores. Fui al baño de vuelta y con la secadora arreglé mi cabello y me hice una coleta. Salí a la habitación para comenzar a preparar mi maleta. Y en eso escuché la puerta.
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Mi Secuestrador©
RomanceMelanie es una chica de 23 años, no es la típica chica popular de la universidad, no tiene una vida de lujos ni mucho menos una vida fácil, su vida era todo lo contrario llegando a ser casi miserable. Hasta que un hombre decide secuestrarla por mero...