Capitulo 9

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Alejandro

–oh mi Dios– se estaba desplomando, su mirada lucía totalmente perdida era como si...

–¿muñeca? No por favor, no vayas a desmayarte– dije casi suplicando que no se desvaneciera por completo,  pero antes de que terminara de hablar en cuestión de algunos segundos vi cómo se desplomó en mis brazos, se veía tan frágil y su piel estaba más pálida de lo normal. No me perdonaría que algo le pase, seguía sosteniéndola como podía, intente detener la sangre de la herida con mi camisa y poder llevarla a urgencias.

–¿¡Qué están mirando ahí como estúpidos joder!? Francis necesito que me colabores por el amor de Dios, enciende el auto y llama a Maurice para que se lleve a  Lía, encárgate de los videos de seguridad y no la dejes sola y menos salir por cuestiones de seguridad y por favor date prisa– hable desesperado, Dios mío no es posible que se me vaya por desangrarse; no voy a permitirlo. Tome a Melanie en brazos y salí al estacionamiento, con una velocidad y fuerza que no sabía que poseía, tal vez la desesperación y frustración del momento me hizo actuar de esta manera.  La subí al auto y a toda velocidad comencé a conducir al hospital más cercano.

–vamos hermosa, resiste un poco más ya casi llego no te rindas eres una guerrera– dije tomando su mano, no puede ser cierto, su piel seguía palideciendo y las comisuras de sus labios comenzaban a ponerse moradas igual sus párpados.

–¡maldición! Juro que me las van a pagar– aproximadamente unos cinco minutos más tarde llegue a una sala de urgencias que se encontraba cercana al área donde estábamos hace unos instantes. Me baje y enseguida la tome en brazos para así poder moverla y entrar en urgencias, al intentar levantarla vi que mi auto tenia mucha sangre a pesar de que puse mi camisa en la herida para intentar detenerla y eso no era una buena señal. Se estaba desangrando, y de una manera descomunal, necesitaba ayuda se me está saliendo la situación de las manos. Con ella en brazos entre a la sala de urgencias.

–¡necesito ayuda por favor!– grite en cuanto entre. Las personas que allí se encontraban me miraban horrorizados, otros solo estaban mirándome a mi pues venía sin camisa y cubierto de sangre. Mire a todos lados en busca de alguien que me ayudara hasta que divisé un grupo de enfermeros y médicos llegar con una camilla a toda prisa,  me la quitaron de los brazos y se la llevaron, en ese momento sentí que me quitaban algo muy preciado y no pensaba dejarla sola. Comencé a correr junto al grupo de médicos y enfermeros pero en eso una enfermera de edad avanzada me detuvo.

–lo siento muchísimo caballero, pero no está permitido el paso de visitante o acompañantes al área de cuidados críticos, en cuanto la señorita este estable le llamaremos, permiso– hablo desapareciendo con una tabla en la mano por la puerta en donde entro Melanie con los médicos, el solo pensar que no la tenía cerca empezó a desesperarme más de lo que ya estaba. No me perdonaría que otro ser querido para mi muera por mi culpa.

...Flashback...

–tranquilo cariño, no es tu culpa, se que esté pequeño niño prepotente miente– hablo mamá con lágrimas en los ojos.

–te amo mi amor, siempre lo haré– Caroline hablaba, sollozaba. Sabía que no podía hacer nada, me tenían atado y atascado de golpes por todas partes. ¿Cómo es posible que mi propio primo me hiciera esto?

–oh mi cielo, ahora verás que se siente que te quiten la felicidad– hablo con cara de psicopata pasando una navaja por el cuello de Caroline, escuchar los desgarradores gritos de mi madre y de mi hermana me estaban rompiendo el alma.  –descuida, ya no sufrirán más ahora es su turno– y con un arma acabo con la vida de mi madre y mi hermana.

Mi Secuestrador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora