Capitulo 1

33K 1K 132
                                    

Melanie

Mi alarma se encontraba sonando, ¿como es que suena tan rápido? Siento como si recién me hubiese recostado a dormir por Dios quisiera descansar un poco mas, pero eso me es bastante imposible; puesto que ya debo hacer el desayuno de mi madrastra y hermanastra, además de prepararme para irme a la universidad, si de hecho mi rutina ha sido la misma desde hace varios años ya ¿Saben? Llega un punto en que la verdad todo esto es sumamente agotador. Parezco su sirvienta, son bastante abusivas con mi persona pero no me queda de otra, no quiero quedar sin hogar y terminar durmiendo bajo un puente, aunque tampoco tengo el mejor trato y comodidades acá, incluso de pronto si se me hace tentador vivir bajo un puente. En fin, me puse de pie para ir preparándome mental y físicamente para mi ardua rutina matutina.

Quizás deben creer que soy algo tonta y preguntarse ¿porque no te vas con tus padres y listo? Sería perfecto; bastante perfecto de hecho, no les mentiría si les digo que eso sería el fin de mi problema y listo, fuese lo ideal pero no todo lo que uno desea se cumple de cierto modo. Mi padre, según mi madrastra había muerto en un accidente automovilístico cuando yo tan sólo tenía tres años, era una bebe para ese entonces y tengo muy vagos recuerdos de él, luego ella misma me dejo saber que se hizo cargo de mi porque no tenia a nadie y tampoco donde más ir ya que mi madre me abandonó con mi padre apenas nací; todo esto dicho por ella en su versión del asunto, y pues bueno ella se a encargado de sacarme en cara todo eso que ha hecho y según ella continúa haciendo por mi.

Cuando apenas cumplí los 15 ella comenzó a cobrarse de cierto modo todo lo que hizo por mi durante esos 12 años de mi vida que estuvo cobijándome y dándome abrigo, convirtiéndome prácticamente en su sirvienta y en la de su hija de igual manera. Y pues la verdad no me quedo de otra pues no tenia donde ir y no quería terminar en un hogar de niños abandonados, es muy feo lo que les hacen ahí a los niños según los medios informativos así que mejor decidí quedarme digo ¿Qué mas podía hacer?

Habiendo dejado un poco más claro el porque continuo soportando a esas dos personas tan abusivas en mi vida, continuó. Camine con pesadez y pereza en dirección a la cocina de la casa para así poder prepararles el desayuno a sus majestades imperiales. Una vez el desayuno debidamente elaborado y servido, fui en dirección a la habitación de Luisa a despertarla para que tome su desayuno. Ya se, muy la cenicienta pero así son las cosas aquí, no queda otra. Bueno, hasta que pueda pagar un departamento y pronto llegará ese majestuoso día.

-el desayuno esta listo, si se te ofrece algo más lo haces tú porque debo prepararme- dije saliendo de su habitación dando un portazo.

-mal educada- escuché su grito y decidí ignorarla.

Seguido fui al baño que comparto con ellas a tomar una corta ducha y verme al menos un poco más presentable y menos desecha de lo que me veo siempre, tengo derecho a eso. No es como que me importe mucho pero la ropa que suelo usar no es de marca o fina, de hecho es ropa de segunda mano que mi hermanastra desecha, porque según ella debe tener mucho estilo para estar al nivel de la élite. De hecho no se de que elite habla tampoco se a quién pretende engañar, más bien parece zorra de esquina con tanto escote, en fin para no tirar toda esa ropa me la pasan a mi, lo sé, triste. Cuando termino de ducharme rápidamente porque llevo el tiempo contado, arreglo mi cabello con la secadora de mi madrastra, sí, tristemente según ellas nada de lo qué hay aquí me pertenece excepto los libros porque a ellas no les interesa la literatura, y aunque el artículo lo haya comprado yo no me pertenece. Camine a mi habitación con un poco de prisa, tome un overol de mezclilla junto a una blusa de franjas blancas y amarillas de mangas largas y me dispuse a vestirme. Agarre mis converse junto a mis libros y la mochila de la universidad. Salí corriendo en dirección a la puerta pero un grito llamo mi atención.

Mi Secuestrador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora