Capítulo 25

4.2K 203 10
                                    

–¿que le hiciste a mi chiquilla?– insistió el padre de Melanie al ver que me quede callado.  Aclare mi garganta para poder hablar claramente. Es bastante intimidante el hombre cuando se lo propone.

–yo no le he hecho nada Miguel, hace un rato cuando no estuve en la casa al parecer le ha llegado un paquete y unas cartas que hacían creer que he mantenido una relación secreta con Coral cuando de hecho no es cierto. Al parecer ella lo creyó y ahora debe estar odiándome– termine de hablar tomándome el cabello con frustración y pasando las manos por mi cara con notable desesperación. No puede ser posible que me esté pasando esto.

–¿sabes a donde fue a parar?– preguntó con los brazos cruzados mostrando una notoria y genuina preocupación y lo entiendo porque yo también comparto esa misma situación, pero la respuesta era más que obvia.

–obvio no lo sé Miguel, la hubiese ido a buscar– dije suspirando fuerte y muy molesto. Este me miró y negó.

–ella me llamo, y me envío la ubicación de donde está, es bastante cerca– dijo mirando su celular de una forma extraña.

–¿qué estamos esperando? Vamos por ella– dije tomando las llaves de mi auto, voy a arreglar esta situación de una vez por todas.

–espera, ella al parecer quiere espacio aparte me pidió que le lleve su teléfono y un par de cosas– hablo preocupado, al parecer ella si creyó toda esa mierda y la situación está peor cuando ni siquiera me dejo explicarle.

–¿qué? No, yo necesito hablar con ella cuanto antes– dije decidido pero Miguel solo continuaba negándose.

–me ayudarás a buscar su ropa, vas a acompañarme pero también vas a darle tiempo a que lo asimile y esté más tranquila ahí y solo así hablarás con ella– me señaló y hablo alto en un tono bastante serio, por lo que no me quedo de otra.

–está bien, ya vuelvo con sus cosas pero te pido que la convenzas por favor, necesito hablar con ella, esto no es justo– dije yéndome en dirección a la habitación que compartimos. Tome una mochila de esas que le regale hace un tiempo atrás y metí tanta ropa que tuve que tomar una segunda, si aveces exagero un poco.
Una vez todo listo tome su celular y vi que tenía algunos mensajes:

~•~
Número desconocido:
Te dije que no serías feliz con el maldita zorra trepadora, ingenua.

Número desconocido:
Eres mi perra favorita, ¿recuerdas aquella noche hace 7 años? Se va a repetir chulada, y peor.

Número desconocido:
Hola, soy Rita y me encantaría reunirme contigo, necesito decirte un asunto delicado. Por favor en cuanto puedas háblame.
~•~

¿Que? ¿A quien demonios se le ocurre mandar mensajes de texto así? Agh pero me las van a pagar, cada uno de ustedes malditos perros. Me tome el atrevimiento de borrar los primeros dos mensajes y dejé el que se veía más normal de la tal Rita ¿será la que corrí de acá? Tome las mochilas y baje a toda prisa pues ya escuchaba a Miguel llamar de manera desesperada.

–ya estoy aquí, no sigas gritando– dije parándome a su lado con ambas mochilas.

–¿porque traes esas dos gigantes mochilas?– pregunto con tono de burla y cara de "es enserio."

–aquí están sus cosas, no quiero que le falte nada, vamos– dije entregándole una de las mochilas y camine en dirección a mi auto, pero antes me detuve en la camioneta de Miguel.

–bien, voy a dejarte ambas mochilas aquí, seguro no querrá hablar conmigo– dije suspirando, no puedo creer que por culpa de esta loca y estúpida mujer mi relación con Melanie este al borde del abismo.

Mi Secuestrador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora