Capítulo 22

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Alejandro

En este instante me encontraba conduciendo en dirección a la bodega del norte, que es un edificio abandonado que queda bastante a las afueras de la ciudad, está establecida lejos de la casa por seguridad y por cuestiones de lógica.

–¿quienes son este par exactamente?– pregunté a Francis y Lucas que eran los que tenían la información de estos dos agentes que supuestamente querían trabajar para mi.

–pues la chica por lo que investigue, es recién reclutada y tampoco es una agente de campo, si no una chica que está trabajando con la inteligencia ella hace todas las estrategias y todos los asuntos de informática– hizo una pausa y cambio el papel que estaba leyendo –...en cuanto al hombre es un agente que recién fue transferido de una agencia policíaca y lo tienen a prueba como agente de campo– termino de hablar.

–en conclusión son dos agentes sin experiencia, podríamos usarlos a nuestro favor– dije cruzando mis brazos mientras asentía levemente. Y mire a Lucas.

–¿tú qué dices?–

–son bastante buenos, no llevan el mismo tiempo que yo en la agencia pero se desempeñan bastante bien, el tipo es muy consistente créeme lo que digo cuando menciono que le tiene un odio especial al capitán Glenn–

–pero primero hay que saber a qué están dispuestos y asegurarnos de que no van a atentar en nuestra contra– hablo Francis cerrando la carpeta que tenía en manos. La camioneta se detuvo y procedimos a ir en dirección donde tenían al par de agentes retenidos.

Mi gente se encontraba en puntos estratégicos por si ocurría un altercado. Lucas me entregó el maletín donde se encontraban mis guantes y máscaras para proteger mi identidad, me preparé y entre.

Mire a la chica que traía una mordaza y las manos y pies atados al igual que el hombre, la diferencia es que ella estaba mega asustada y el hombre trataba de consolarla con la mirada.

–¿con que ustedes dos son los que siempre pretenden irrumpir en mi cotidianidad?– pregunté irónicamente y la chica solo me miraba con terror y lágrimas caían de su rostro. Me recordó tanto a mi hermana aquel maldito día. Desvíe mi mirada, no podía mostrarme devil. Quite la mordaza de ambos esperando respuesta de alguno de ellos.

–¿y bien?– hable comenzando a desesperarme.

–no señor por favor no nos haga nada, antes escúcheme, nosotros solo queríamos negociar con el señor Rousseau porque pensamos que estarían vinculados, solo seguimos órdenes– dijo el hombre, quien se refería a mi como si fuera dos personas diferentes.

–¿entonces no pretendían arrestar a ese hombre?– negó –¡y porque demonios insistían tanto!– la chica pegó un salto en su sitio y el hombre volvió a hablar.

–quería negociar con el porque creí que era su aliado, quería unirme no llevarlos a prisión– habló con voz temblorosa.

–¿ah no? Tengo entendido que ambos son dos malditos policías federales, ¡me dicen ya mismo qué demonios pretenden y que hacen aquí!– dije en un grito haciendo que la chica se exaltara y comenzara a llorar otra vez, el hombre se arrastró hasta ella e intentó calmarla.

–este plan para comenzar no tiene nada que ver con el FBI, yo lo ideé y pedí ayuda a Sandy, yo la engañe y la traje conmigo. Quería ser parte de su grupo, vincularme y trabajar con ustedes y estoy dispuesto a lo que sea para probar mi lealtad– dijo mirándome fijamente.

–¿y qué hay de la chica?– pregunté señalando a la aterrada chica que me miraba con terror.

–ella es especialista en informática, estoy seguro que ella sería igual de leal– hablo con seguridad. Mire a la chica y esta solo asintió repetitivas veces moviendo los chinos de su cabello.

Mi Secuestrador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora