Capítulo 56: Delicado dolor

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Parecía que era solamente un robot el que les proporcionó la información, a lo que preguntaban respondía sin ninguna emoción, como si estuviera programa así desde que nació

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Parecía que era solamente un robot el que les proporcionó la información, a lo que preguntaban respondía sin ninguna emoción, como si estuviera programa así desde que nació.

Eran quince personas las que se planeaban recibir, tal y como lo hacían cada año, incluía hermanos, primos, tíos, era toda la familia que compartía el patrón de piel y ojos, colándose uno que otro "plebeyo" por alguna unión fuera del consanguíneo, tal y como había sido la madre de Lacrymae.

Para solamente tender a tener uno o dos hijos, el clan Garofano Garzo era extenso, mismo árbol genealógico que Saphir no dudó en especificar con cada pregunta que le hacían, pudiendo los Irken entender medianamente sus conocimientos en cuanto a las relaciones por herencia genética.

Le ordenaron que escribiera un documento donde describiera a cada uno de ellos, mandándola a la biblioteca en lo que ellos se respondían con su correspondiente superior.

Misma llamada fue decepcionante, puesto que contrario a sus deseos e ilusiones, no fueron atendidos por su más alta, sino por un funcionario común y corriente, sin embargo les hicieron conocedores de varios elementos de utilidad para su conquista.

El primero y más importante, es que la Más Alta sí llegaría a Wasserboden para dar la muerte y declaración definitiva al planeta.

Sin embargo tardaría un poco más de lo que ellos pensaban. Puesto que si bien, sí, su mensaje de toma del planeta fue mandada y recibida en el momento en que el taladro invadió la capital, entre papeleos y planeación, la mujer apenas se embarcaba al azulado globo, por lo que deberían esperar el mes pensado, y aparte unas cuantas semanas más.

Sería mentira si dijéramos que no les asaltó un pequeño pánico, puesto que la actual situación que vivían sí que generaba angustia, teniendo fe en la que creían, la próxima llegada de su líder para poder rescatar sin lugar a dudas la conquista, sin embargo esto les dejaba toda la responsabilidad en sus manos de lo que acontecería en los siguientes días.

Después de pensarlo en silencio, se miraron y entendieron que se deberían poner de acuerdo para todo, no más peleas, no más desafinadas.

Pasó un rato y decidieron ir por Saphir, misma que los recibió con esa frialdad tan tranquila que les causaba escalofríos, hizo entrega del documento y Rojo lo inspeccionó en ese mismo momento.

— Y a todo esto, ¿por qué vendrán? — Preguntó Púrpura hacia la fémina, quien frunció aún más el ceño a comparación de cuando llegaron.

— Siempre vienen — Dijo casi en un susurro, estaba encorvada en la misma mesa en que Rojo solía pasársela. Púrpura le exigió más explicaciones — Son vísperas de fiestas, siempre vienen a pasarla con la familia.

— ¿Son como. . . festivales o algo así? — Cuestionó cómodo el violeta, generando esa aura de amistad que siempre convocaba sensaciones ambiguas en la pobre princesa.

Bicolor | RaPrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora