— Púrpura, ¿puedes fijar el curso? Sé que las naves ya lo tienen, sólo falta activarlo — Pidió a sólo unos cuantos metros de su atmósfera y a minutos de abandonar a ésta
— Bien — Picaba botones con habilidad.
Aquella vez de la simulación, había bpodido preparar todo antes de despegar, sabiendo bien a manejar eso, sin embargo su único fallo fue, precisamente despegar, no sabía manejar muy bien la velocidad y al perder aunque fuera un poco el control se escandalizaba mucho y sólo logró un mal resultado
— Listo
— ¡Bien!. . . —Soltó lentamente el volante y éste se sostenía sin causar ningún accidente, aliviándolo — Ahora. . . No tenemos qué hacer — Reconoció sentándose frente a frente
— ¿Hablas en serio? — Púrpura suspiró — Pensé que sería más interesante que la biblioteca. . . De saber me hubiera traído un libro. . . o algo
— Ya sé. . . o. . . ¡Espera! — Comenzó a rebuscar en su pak y encontró en libro de pequeños detalles biológicos — ¡Podrá no ser "lo mejor", pero es entretenimiento!
— Bien. . . Déjame ver algo — Volvió al curso y observó que el planeta quedaba a dos meses de distancia, conocía de planetas aún más lejanos, sin embargo sería algo difícil de aguantar escuchando ese libro que a su mala suerte, a Rojo le gustaba mucho, pero él, oh, lo odiaba, lo odiaba por hacerlo sentir defectuoso, y leer que, aunque Rojo no supiera, tenía mucho de las cosas que ahí mencionaban, y la mayoría apuntaban a un mal funcionamiento.
Golpeó su cabeza discreta, pero fuertemente contra la pared en frente de él, suspirando
— Odio ese libro — Contó sin rodeos
— Ajá. . . — Contestó sin nada de interés, puesto que tan rápidamente se había sumido en las páginas. Púrpura lo miró incomprensible
— ¿Por qué te gusta tanto ese libro? — Se sentó a su lado esperando su respuesta, aunque no recibió. Tomó las páginas en sus dedos, cortando la lectura de su compañero
— ¿Qué? — Preguntó molesto por la interrupción
— Que ¿por qué te gusta tanto ese libro?
— Ah, pues. No sé, es de esos pocos que te da gusto leerlos — Respondió simple. Púrpura se sobresaltó por la respuesta, y pensándolo bien, casi ningún (sí no podía atreverse a decir que ningún) libro le causaba un fervor por leer, ni siquiera la literatura que se suponía, para eso estaba y eso te debería de causar
— Ah, pues, bien. ¿Y qué se supone que te causa gusto? Yo lo odio — Repitió cruzándose de brazos
— ¿De verdad? — Preguntó un poco sarcástico, sin una pizca de ofensa — ¿Qué te gusta entonces? — Púrpura pensó, procesando que en realidad nada, no tenía algo en su vida que le causara un pequeño pero delicioso placer
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Bicolor | RaPr
Fanfic¿Te has preguntado como fue que estos dos Irkens llegaron al alto mando como un dúo? En esta historia exploraremos un lado más romántico y amistoso, llegando al drama, terminando con las vidas de estos dos personajes unidas hasta la muerte de su rei...