Capítulo 3: Luz eléctrica

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Todos los Irken estaban presenciando a la más alta Miyuki, que anunciaba como habían podido resolver el contratiempo de la luz después de largos años, y que ante los ojos de todos Irk volvería a su eterno resplandor

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Todos los Irken estaban presenciando a la más alta Miyuki, que anunciaba como habían podido resolver el contratiempo de la luz después de largos años, y que ante los ojos de todos Irk volvería a su eterno resplandor. Así fue.

Bajó una palanca grande, otorgando a la metrópolis luz infinita en cada rincón de ésta. Todos los Irkens se regocijaron y armaron un enorme bullicio, sería la última vez en que su generación saldría en años.

Ya restaurada la avanzada vida Irken, el aprendizaje volvió a su no tan antigua gloria, y así los pequeños Irken conocieron las simulaciones, las cuales maravillaron a la mayoría

Las primeras simulaciones trataron temas como la exploración del terreno; en la que ambos Irken resultaron buenos, aunque ello no fue muy especial, casi todos tuvieron resultados similares, solamente se trataba de reconocer tipos de terreno y saber dónde pisar

Después las tareas fueron subiendo de nivel; se les presentaban diferentes tipos de planetas, y según las características del ambiente espacial, debían decidir cual era más apto para aterrizar, claro, después de otra simulación de como pilotear una nave, en la que varios si se estrellaron.

Ambos resultaron victoriosos en la mayoría de las misiones, formando parte de un grupo que compartían las mismas capacidades.

Diez años mantuvieron estas simulaciones. Comenzaba el día después de breves descansos, muchos más cortos de los que gozaban en su estadía en la oscuridad, y la razón era porque en esos años no tenían con qué rellenar el tiempo y se usaba en descansos innecesarios.

Gozaron de varios años de su preparación de especializarse en alguna función para la sociedad.

Ambos descansaban junto a algunos otros Irken, que habían acabado todas sus simulaciones sin morir en ellas, y en un tiempo más corto de lo esperado, se relajaban después de un esfuerzo.

Miraban directamente a través de una ventana en el techo de la habitación, la cual era la única forma de ver un poco de su planeta, en todas sus vidas no habían salido más que una vez a su planeta, sin poder gozar del arte de la arquitectura Irken.

Veían como grandes edificios se levantaban sobre ellos, pareciendo mucho más grandes que La Alteza Miyuki, y en verdad que era así. Les parecía fascinante e irónico que hubiera cosas más grandes que una Alteza, siendo una fuente de risa 

— Quisiera ver lo que hay más allá. ¿Cómo pudimos sobrevivir cuatro años en la oscuridad? — Preguntó Púrpura con temor de que se repitiera

— No lo sé, pero sí vuelve a pasar, confirmaré que Irk tiene una maldición — Ambos rieron, para después hablar con los demás Irkens

— Vuelvan a la sala de simulaciones — Ordenó un cerebro robot al grupo

Púrpura se levanto y se estiró, comenzando a caminar, seguido de Rojo

Todos volvieron a sus asientos y se colocaron sus holo-visores, listos para seguir.

— ¡Aburrido! ¡Diez años y continuamos con estas inútiles simulaciones! ¡¿Cuándo podremos salir al planeta?! — Preguntó un Irken que estaba sentado a lado de estos dos, los volteó a ver  — ¡Cuando yo sea el Más Alto, las cosas serán diferentes! — Alegaba orgulloso el pequeño Irken, de hecho era de los más pequeños

— ¿Tú? ¿El Más Alto? ¡Que tontería! — Exclamó Púrpura y ambos le dedicaron unas cuantas burlas, a lo último que le prestaron atención fue que hablaba con otro pequeño Irken sobre escapar o algo así.

Volvieron con buen humor a sus tareas, cargaba la simulación cuando el visor quedó en oscuridad, después de retirarlo, notaron que todo el alrededor se encontraba en las mismas condiciones, apenas y pudieron ver los ojos del contrario, ambos cargados de furia conociendo al responsable de otros cuatro años de oscuridad, y estudio retrógrado.

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