¿Te has preguntado como fue que estos dos Irkens llegaron al alto mando como un dúo? En esta historia exploraremos un lado más romántico y amistoso, llegando al drama, terminando con las vidas de estos dos personajes unidas hasta la muerte de su rei...
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El Irken que les guió estaba en la entrada de brazos cruzados con el ceño fruncido
— ¡¿Dónde estaban?!
—Pues. . . Se me olvidó una parte del trabajo, la mitad para ser precisos — Contestó sin mucha vergüenza Rojo
— ¡Sólo recen porque no hayan dejado esperando a su Alteza! — Ambos bajaron la cabeza, todo Irken le tenía un gran respeto a su alto y no deseaban ofenderla.
Subieron a la misma sala en la que estaba esperando anteriormente Rojo. Se sentaron en un sofá color rosa brillante, siendo lo más cómodo que esos tres habían probado en la existencia.
Rojo y Púrpura suspiraron aliviados, al enterarse que la Más Alta ni se enteró de que habían salido.
Llevaron un minuto exacto sentados cuando su líder entró por una puerta escoltada por guardias. A ambos les palpitó lo más cercano a su corazón, estando totalmente honrados de conocerla en persona, nunca habían visto algo tan gloriosamente. . . alto
— Ahora, ¿qué sigue? — Preguntó Miyuki a uno de sus escoltas
— Estos Irkens Alteza, dicen que han conseguido la solución al apagón — Ambos bajaron la cabeza mostrando su servilismo
— ¿Se lo podemos explicar? — Preguntó tímidamente Púrpura presionando el libro contra su pecho
— A eso vinieron, pero, en otro lugar. . . ¡Ustedes dos, traigan tres sillas y la mía, y una mesa, rápido! — Ordenó imponente
En unos minutos llegó todo lo solicitado, la diferencia de la silla de la más alta Miyuki era que la suya no tenía pequeños escalones que la ayudaran a subir, ya que la mesa era grande y necesitaban estar a la altura, era muy curioso ver como Rojo y Púrpura superaban en altura al otro Irken, sintiéndose más orgullosa la alteza al saber que los salvadores de Irk eran altos.
— Ahora, explíquenme — Exigió apacible Miyuki tomando una soda de uva, cosa que fascinó a los dos, queriendo probar — Oh. . . ¿quieren? —Ofreció, y ambos por más corteses que desearan ser, no se pudieron negar — ¡Traigan dos más! — El pedido llegó rápidamente— Bien, ¿de qué trata?
— Bien. . . Todopoderosa Alteza Miyuki. Nuestra propuesta se basa en. . . — La mirada amable de la líder se cambió a una omnisciente y objetiva, siendo inexpresiva y algo seria, helando la sangre de Rojo— En ese libro — Señaló al objeto, que estaba en manos de Púrpura
— Bien, es algo antiguo. — Prosiguió el último mencionado — Verá, encontramos una fuente de energía en la. . . biblioteca — Pronunció dudoso, ya que no creía que un Irken que vivió en la vida de tecnología supiera qué era una biblioteca
— Es donde hay ¿información?, ¿cierto? — Preguntó Miyuki, y ambos se relajaron ya que sabía de qué hablaban, Rojo prosiguió
— Si, y en la biblioteca en donde todo Irken pasa los primeros años de vida, en estos tiempos, notamos que hay un lugar cercado y protegido con una fuerte barrera de energía, investigamos y. . .
— En este libro viene todo lo referente — Lo alzó Púrpura orgulloso.
La más alta emitió un sonido de sus labios, lo estaba pensando y sin palabra alguna, alzó el brazo en señal de que se lo entregaran. El de color morado se lo entregó con el mayor cuidado, y cuando la atención de la Más Alta se centró en las páginas, Púrpura comenzó a chillar y mover de un lado a otro los hombros de Rojo, presumiendo haber entregado algo a la mismísima Todopoderosa Alteza Miyuki
— Esperen. . . — Ordenó en un tono seco, tensando a ambos — ¡Está en otro idioma! Similar al Irken, pero. . . no lo es. — Pausó — ¿Cómo se supone que lo entendieron?
Rojo miró a Púrpura con una mirada pícara y parecida a la de un cómplice.
— Yo lo traduje mi Alteza — Confesó penoso, la más alta lo vio sorprendida
— ¿Hablas Irken antiguo? — Púrpura asintió
— Y yo me encargué de decodificar las esferas — Presumió la otra parte del dúo
— Si, vi el dibujo en el libro — Dejó éste mismo en la mesa — Bien, ¿me lo puedes traducir? Necesito saber su funcionamiento. ¡Tú! — Apuntó a un escolta — ¡Toma nota!
— Alteza. . . sí no le molesta, ya tenemos todo simplificado — Pasó la libreta y la más alta no dejaba de fascinarse y sentir orgullo por el ingenio que ambos demostraban
— ¿Es en serio? ¡Oh! ¡¿T-Totalmente?! ¡Han descubierto como sacarnos de esto! — Tomó la libreta y comenzó a leerla, tomándose varios minutos.
Ante todo ambos estaban muy nerviosos por si hubiesen cometido algún error, se sentían como sí eso fuera un examen del que era vital aprobar, y que el maestro lo revisaba justo frente a ti
— Esto. . . es muy simple, podremos hacerlo aquí, en los laboratorios Irken, muy fácilmente. Se nota que los materiales son comunes. Aquí está todo — La Más Alta bajó de su vista el libro topándose con las grandes mentes de su imperio, igual el guía los observaba desconcertado — ¡Mañana haremos una ceremonia! ¡Resolviendo todo el problema y liberando a Irk de la oscuridad! Ustedes, estarán junto a mi. Hasta entonces, se quedarán aquí. ¡Son grandes! — Los alzó en sus brazos, viéndose como una madre orgullosa de sus hijos
— ¡Fue todo un honor! — Exclamaron al mismo tiempo volviendo a reverenciar, Miyuki los bajó
— Anuncia a todo el planeta, que todos los científicos, mecánicos, ¡todos los relacionados con la materia hagan miles de estos! — Ordenó entregando a su escolta la libreta, apunto de salir
— ¡Alteza Miyuki! — Ésta se dio la vuelta ante la voz de Rojo
— ¿Si?
— No queremos ofenderle, sin embargo. . . — Pausó, miedoso ante la constante mirada de Miyuki, Púrpura le dió un leve golpe en el hombro, animandolo — se nos dijo que quien lo lograra tendría una especie de recompensa. . . lo que el Irken deseara — Púrpura hizo memoria y el último punto no lo recordaba, era simplemente una recompensa, no lo que el Irken deseara, iba a comentarlo sin embargo Rojo le calló la boca
— ¿En serio? — Púrpura comprendió y asintió junto a Rojo, ambos sonrientes. La alteza suspiró, esperando que sus anhelos fuera convertirse en Más Altos — Mañana se anunciará todo, junto a sus recompensas
— Muchas gracias — Chillaron.
La Todopoderosa Alteza Miyuki salió y ellos saltaron de alegría, siendo presenciados por el guía
— ¡Lo logramos! ¡Nos iremos!
— ¡No más simulaciones! —
— ¡Y pasaremos la noche aquí!
— Pasarán aquí el resto de sus vidas — Interrumpió el Irkiano restante — Es lo que pedirán, ¿no? Ser los Más Altos, ¿planean ser siguientes en sucesión, o arrebatarle el poder a la Alteza? — Preguntó indignado, sintiendo gran respeto por su líder, no le gustaba la idea de que fuera reemplazada sin haber terminado su mandato, menos por un par que a su vista, eran muy tontos, todos que estuvieron presentes pensaron igual
— ¿Qué? No, no queremos ser los Más Altos, es decir, ya somos altos, puede que seamos los siguientes, no hay porqué adelantarse —Explicó vanidoso, confundiendo al guía
— Entonces. . . ¿qué quieren? — Ambos se miraron cómplices, sin revelarlo
