Capítulo 20: Amor en construcción

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En ese momento eran guiados por los stillabunts de mayor rango, puesto que sus órdenes demandaban eso

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En ese momento eran guiados por los stillabunts de mayor rango, puesto que sus órdenes demandaban eso.

'Llevame al centro'

Emitió Rojo al tener a todos bajo un temor incontrolable.

La mayoría sollozaba, mientras que el actual regidor trataba de mantener la calma, eran aproximadamente cinco tipos de la realeza.

El rey, Coronam, el más viejo de todos, que ya estaba dejando el reino en su hija mayor, enamorado de su familiar lejana, Lacrymae, stillabunt con un patrón igual al de la mayoría, al no ser tan cercana a la sangre real no compartía las características de éstos. Habían tenido cuatro hijos, siendo Saphir la única mujer y la primera en nacer, seguida de su hermano, que aparentaba ser mayor, Oceani, estudiante de relaciones públicas, después sus dos hermanos restantes, que nacieron juntos, de la misma gota, Caeruleum y Caeruleam, siendo ambos nombres parecidos, Caeruleum había sido el único de sus hermanos que había heredado la genética física de su madre, siendo sus ojos azules y su piel celeste.

Los dos menores no comprendían porque seguían a su madre, que los sujetaba protectora. Oceani observaba a ambos Irkens con furia, y al igual que su padre, éste aún no tenía sus antenas muy desgarradas.

Saphir seguía llorando, sintiendo un hueco en su abdomen, abrazándose a si misma.

— No aguantará. . . — Susurró para después desplomarse en el suelo, había sufrido más que lo que podía soportar.

—¡Saphir! — Auxilió su hermano, evocando más odio sobre el dúo, quienes observaban desinteresados.

— La base. — Exigió Púrpura desinteresado

— ¡Mírenla! ¡Ustedes provocaron esto! ¡Si no hubieses llegado estaría bien! — Oceani supervisó que siguieran los signos vitales de la raza, viéndola estupefacto, sorprendido y preocupado, efectivamente seguía con vida, con más de una vida.

— Dejemos a esos cuatro ahí, tú nos puedes guiar — Exclamó Rojo, empujando al mayor.

Y así fue, la madre se quedó con sus crías mientras que el progenitor les terminó de mostrar el recorrido, llegando a una enorme sala, dónde no había nada más que controles que no eran supervisados por nadie, no lo necesitaban, cada cuanto se dañaba uno y alguien lo reparaba en poco tiempo, acompañados de un enorme ventanal que daba vista a la ciudadela.

— Aquí se maneja toda la capital, y de la capital salen las órdenes al resto del planeta

— Interesante. Necesitamos comunicarnos inmediatamente con la Más Alta Miyuki — Expresó con entusiasmo el de color morado

— Si. . . pero aún no tenemos cómo. Bien, tengo un plan. ¡Tú! Sal de aquí — Ordenó al (ahora antiguo) gobernante, éste obedeció enojado — Púr, necesitaré que te quedes aquí, un rato, iré al crucero, en lo que el taladro se activa. En unas horas, ¡o incluso minutos, todo este planeta será totalmente nuestro! Tenemos información relevante en el crucero y no puedo dejarlo solo más tiempo, y luego con estos confiados. . . y enojado stillabunts. . . — Exclamó, tomándolo de los hombros, viéndolo directamente a sus ojos, que ahora eran azules, inclusive, se atrevería a decir que lo miraban con cariño. — Ya sabes, encárgate. — Todo el pesar que pudo haber sentido a causa del regaño de ya hace algunos varios minutos, desapareció, sabiendo que en cuanto a las victorias, Rojo estaría dispuesto a compartir — ¿Sabes? Extraño tu color — Acarició por unos breves instantes su mejilla, comenzando a caminar fuera de la sala.

Bicolor | RaPrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora