Cuando el desayuno está sobre la mesa quita una de las sillas, exactamente la de la cabecera para que el Alfa pueda acomodarse y así que desayune, no sabe si quiere trasladarse a la silla, pero, decide no preguntar.
El realmente no tenía hambre, antes que dejarán al hombre él ya había desayunado así que solo lo acompañaría durante ese momento para que el Alfa no se sienta tan solo, aunque no siga agradando mucho la idea de que se quede en su casa...Y eso que apenas han pasado unas horas desde que llego, no sabe si soportara el ''El tiempo que sea necesario'' como le dijeron.
Piensa en que ha sido invitado a la casa de los Payne, debe preparar algo para no llegar con las manos vacías, seria de mala educación si no lo hiciera, entonces vuelve a mirar al Alfa que está comiendo, puede que saboreando lo que ha preparado.
Probablemente el ejército no les da bien de comer, parece que en ese sentido no cambian.
—¿Le gusta? — Pregunta de repente queriendo saber, refiriéndose al pan francés.
—No había comido algo tan delicioso en tanto tiempo—Dice muy satisfecho el Pelinegro saboreando lo dulce del desayuno.
Robby puede sentir su Omega interior demasiado emocionado por la aprobación del Alfa, es algo primitivo pero que no puede evitar sentir, así que solo sonríe y asiente.
—Me alegra que le haya gustado—Menciona mirando al hombre que está más que contento comiendo— Aunque, está noche no estaré por un par de horas —
—¿No es peligroso que usted salga solo? — Pregunta algo preocupado por el Omega, es por instinto que se preocupe por el hombre de tez más clara que la suya
—Soy un Clérigo, Miguel, Después del Alcalde del pueblo soy el hombre con más influencia, Aunque si usted Teniente se preocupa, debería acompañarme—Propone viendo al Alfa tomarse su café de manera lenta para luego mirarlo
—Daré vergüenza caminando con muletas Padre—Comenta viendo al Omega alzar una ceja y luego sonreír, como si le divirtiera la situación
—Ninguna vergüenza, Es una cena con una familia, y no quisiera dejarlo solo — Miguel mira directamente a los ojos verdes del Clérigo y desvía la mirada al sentirse intimidado
—Está bien Padre—Murmuro el Alfa ocultando su sonrisa mientras bebía su café otra vez.
Ese pareció ser su primer acercamiento, lo que hizo que Miguel pensara que no debía bromear con el Sacerdote para poder estar en su lado amable y aparentemente dulce.
Después del desayuno, El sacerdote lavo los platos y los dejo secar, Empezó a preparar la comida para el almuerzo, y lo que llevaría para la cena de los Payne, lo dejo en envases de plástico con tapa.
Vio a Miguel sentado mirándolo, el hombre no parecía ser tan irrespetuoso cómo se lo había demostrado en el hospital.
—Regresare en unas horas—Dijo viendo al Alfa asentir en forma de contestación.
—Padre Keene... ¿Porque un Omega como usted es un sacerdote? —Pregunta viendo como el Clérigo lo miró escandalizado y algo irritado
Sabía que no duraría mucho sin arruinarlo, pensó Miguel abatido al ver la expresión fría del Sacerdote.
Solamente respiro y exhaló e hizo una sonrisa falsa.
—Miguel, Teniente, Como sea que quiera que le llame, Esa pregunta es personal y no quiero responderla—Respondió parpadeando cómo dos veces seguidas y salió de la casa dejando al soldado sorprendido y avergonzado por hacer preguntas tontas y hacer enojar al hombre
Mientras Robby caminaba hacia la iglesia, miraba la calle por la que sus pies tocaban, suspiro y miro el cielo que se estaba volviendo gris, era una nube de lluvia, eso significaba que llovería
''¿Porque un Omega como usted es un Sacerdote?''
Nunca le habían hecho la pregunta y nunca se lo había cuestionado a si mismo si era sincero.
Pero la respuesta era clara, Era el miedo.
El miedo de terminar como sus padres, de terminar solo, probablemente con una marca que no se podría quitar o lleno de hijos con una vida infeliz.
Esa fue la vida de su madre, Su padre la dejo sola por el ejército a pesar que era su trabajo, la dejo con su único hijo, la pensión era grosería y nunca los visitaba, y cuando él se presentó...solo recibió rechazo por parte del Alfa que se hacía llamar su padre le dijo que era decepción.
Fue ahí cuando se dio cuenta que él no quería esa vida, aunque muchas veces a lo largo de su carrera para ser Sacerdote deseo tener la vida de otros Omegas, Casa linda y acogedora, un Alfa que los amara y los respetará sobre todas las cosas, que fueran fieles, obtener una carrera o no y finalmente tener una linda familia en la que todos estuvieran felices.
Pero eso no existía, parecía que esa vida no sería para él.
Fue entonces que encontró su camino en la Iglesia, así fue como se hizo Sacerdote y era feliz, amaba servir al prójimo, ver los rostros felices de los niños cada que jugaba con ellos, todo eso lo hacía feliz, y estaba conforme con su vida.
Ser un omega hacia que confiaran en ellos, y eso le gustaba, ese instinto maternal de su casta revoloteaba cada que estaba con un niño.
Suspiro y llego a la iglesia y se olvidó de esos pensamientos y se centró en sus múltiples tareas.
Hasta que llegó la tarde, parte de la noche y cerró la capilla, Observo que las monjas fueran con bien a sus casas y él se retiró a la suya, camino a paso lento dejando su mente en blanco a medida que caminaba.
Abrió la llave y encontró al Alfa en la sala leyendo la Biblia, cosa meramente extraña si era sincero, su mirada observo detenidamente cada rasgo de su piel morena.
Después que el Alfa se percató de su presencia, y su mirada marrón se dirigió a la suya, se acercó lo más rápido que fuera con su silla de ruedas y agachó la mirada para encontrarse con la del hombre.
—Padre, lo siento mucho, lamento que haya hecho esa pregunta tan incómoda—Sus ojos se veían preocupados, el Clérigo se agachó a la altura del Sargento y tomo sus manos, dándole una sonrisa compasiva
La misma que les daba a los miembros de la congregación cuando estos se acercaban en busca de un consejo.
—Discúlpeme Teniente, Mi respuesta fue tosca, y....No estoy preparando para responder esa pregunta—Se paró y quitó sus manos de las del contrario para poder mirarlo bien
—¿A qué hora es la cena Padre? — Pregunto muy interesado, si, tenía hambre y mucha, así que no disimulo como quería
—Ahorita iremos, ¿Está listo? —Los ojos marrones del Sargento lo miraron y asintió obediente, a lo que Robby fue a su propia habitación sacando un bufanda roja y se la dio al Alfa para que se la pusiera
La cena en casa de los Payne fue tan hogareña, Robby se había encargado de llevar un poste, la plática y risa no faltaron, los cuatro integrantes de la familia eran humildes y buenas personas.
Para Robby fue uno de los pocos momentos felices que tenía en su solitaria y confortante vida
Para Miguel también lo fue al escuchar la risa del Sacerdote durante la cena, fue como si la más suave brisa aligerará su alma.

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Efimero
Teen FictionEl Diablo encarnado en un soldado, o así piensa el, lo invita a pecar mientras que con sus manos que tienen un rosario en mano reza intentando desaparecer aquel espíritu maligno intruso en sus pensamientos... Porque un sacerdote solo tiene vida par...