—¡Ahgg, no seas tan bruto Demetri! —Se quejó Díaz mientras gruñía por el dolor de sus heridas, a lo que Doctor que soltó una risa divertido por la reacción de su amigo
—Cállate Alfa y déjame hacer mi trabajo─ Comento un poco molesto porque Miguel se movía mucho limpiando su herida del hombro —Vas a estar muletas un tiempo Miguel, te recomiendo no hacer movimientos bruscos─
Pedirle que estuviera quieto era lo peor que le pudiera pedir, bufó molesto y Demetri negó con la cabeza.
—¿Cómo está Eli? ─ Pregunta el que está acostado en la cama, el Omega parpadea y sonríe ante la mención de su prometido
—Está bien—Susurra tranquilo y termina de limpiar poniéndole una gasa limpia
Escucha la llamada del nombre del Doctor y este sale del pabellón cerrando las cortinas, Observa las cortinas azules que poco a poco pierden el color, cierra los ojos y se hunde su cabeza en la almohada.
Esa misma mañana el Sacerdote del pueblo también se levanta, hace estiramiento y bosteza, observa la hora en su reloj, son las 6:30 am, Tiene Misa a las 8:00 AM.
Se metió a duchar, y después de ponerse su respectiva ropa fue a hacerse de desayuno un café con azúcar y comer unas galletas que tenía guardadas, a pesar de que tiene tiempo para hacerse un desayuno elaborado, no tiene tanta hambre.
Escucho el sonido de su puerta sonar, abrió y encontró a un niño, un canillita, un vendedor callejero de periódicos y revistas.
Observa la primera plana, la Guerra cada vez más cerca, frunce el ceño angustiado y piensa en las almas inocentes que este derramamiento de sangre ha causado a por causa de los deseos codiciosos de unos solos hombres en busca de poder.
Se hizo su desayuno y mientras comía leía las noticias, lavo su plato después de terminar y dejo el periódico doblado en la mesa
Y camino a la iglesia donde dio la misa y escucho algunas confesiones, aconsejo a los que lo necesitaban y sin fin de cosas más.
Terminando de sus deberes cuando estuvo a punto de cerrar la capilla, observa correr a una enfermera que se paró poniendo sus manos sobre sus piernas jadeando de cansancio
─ ¡Padre Keene! Por poco pensé que no lo iba a encontrar— Dijo poco después de la enfermera con respiración agitada
—¿Sucede algo Enfermera LaRusso? ¿Es sobre el paciente de anoche? —Pregunta calmado viendo los ojos azules de la Omega mirándolo y negando con la cabeza al mismo tiempo que su respiración se regulaba
—Sí, bueno, si sucede algo, pero no es sobre el Teniente Díaz, ¿usted estaría dispuesto a hacer una boda la próxima semana? —Aquello lo tomo sorpresa, abrió los ojos mirando a la dulce jovencita que estaba frente a él, como sus mejillas se colorearon de un color carmín
—Claro que sí—Respondió un poco emocionado por aquella noticia, estaba seguro que la boda era de la omega que estaba frente a sus ojos, lo supo por su mirada de enamorada
—Eso es grandioso Padre, porque quiero que usted efectúe mi boda, Mi prometida Victoria Nichols va a llegar la próxima semana, ella sirve al ejercicio y me ha propuesto matrimonio, estoy tan feliz—Comento emocionada la fémina, el simplemente sonrío y asintió suavemente.
—Estaré orando para que su prometida llegué sana y salva para que puedan unirse en Santo matrimonio Enfermera LaRusso—Ella le dio una sonrisa deslumbrante y en su mente tenía el pensamiento de que ese futuro matrimonio iba a ser muy próspero.
La joven enfermera se retiró y el soltó un suspiro, la vio otra vez regresar apresurada hacia donde se había quedado parado.
—Padre, Lamento molestarlo, se me había olvidado este recado del Doctor Alexopoulos─ Ante la mención de aquel hombre alzó la ceja confundido
— Él me ha pedido que si el Teniente Díaz, aquel que usted fue a escuchar su confesión pueda quedarse en su casa, los hospitales casa vez se llenan más por los soldados heridos de gravedad y realmente al Sargento no es tan grave su situación pero necesita un ambiente reconfortante para poder recuperarse, Es una orden directa del Ejército. —
Orden directa del ejército... Vaya desafortunado suceso.
Parpadeo un par de veces procesando la información y miro el suelo unos segundos, si ese Alfa irrespetuoso entraba en su casa, toda la paz de su pacífico lugar donde podría ser libre ya no sería suyo... ¡Que catástrofe!, como podría el Ejército pensar que era buena idea, ¿Acaso no sabían que el Padre del pueblo era un Omega?, su casa era como un nido entero para él.
— Padre, ¿Está bien? —Pregunta la enfermera viendo al Sacerdote mirar el suelo analizando lo que le acababa de decir.
—Bueno, si el Ejército que hace tanto por nosotros lo pide, ¿Quién soy yo para negarme? Al final es un acto de servicio (forzado según su opinión de hombre natural, pero no lo iba a decir) hacia Dios, con gusto le daré hospedaje en mi humilde morada (No lo quería en su casa, por nada del mundo) —Exclamo haciendo que la dulce enfermera sonriera complacida—¿Cuánto tiempo se quedará? — Pregunta muy interesado.
—El tiempo que sea necesario para que se recupere según mi información—Dijo la omega, el por lo tanto no hizo ningún gesto, mantuvo su rostro estoico, eso era algo terrible, demasiado espantoso si era sincero consigo mismo.
Parecía que a Dios le gustaba jugar con su destino.

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Efimero
Teen FictionEl Diablo encarnado en un soldado, o así piensa el, lo invita a pecar mientras que con sus manos que tienen un rosario en mano reza intentando desaparecer aquel espíritu maligno intruso en sus pensamientos... Porque un sacerdote solo tiene vida par...