Miguel no podía apartar la mirada del Sacerdote, en realidad nadie en la congregación lo puede evitar, es como algo que te induce a mirarlo, a ponerle atención y al menos él no lo hace por el mensaje que da
Es algo enigmático que solamente puede poner atención a aquellos labios rosáceos que dictan palabras de Dios, la calidez que transmite a su alma hace que cada vez se sienta más confundido por la calidez en su pecho que se instala solo cuando cuando ve al sacerdote.
No sabe cuánto tiempo se perdió mirando solamente a Robby pero el ruido de la congregación retirándose lo hizo parpadear para recordarse dónde estaba, luego lo ve bajar y dirigirse hasta su banca con una cara de preocupación
—¿Está bien teniente?
— Fueron muy inspiradoras sus palabras Padre Keene— Exclamo con suavidad sabiendo que había personas a su lado escuchando la interacción
No hacía nada malo en realidad, pero sentía como si lo juzgaran con la mirada.
— Me alegro mucho, Por hoy hemos terminado, ¿Gusta hacer algo con que entretenerse? ¿Quiere descansar, ya sabe, por su pierna?
—Si, por favor.
Ambos caminaron a paso lento a la casa, Robby cuando llegó abrió la puerta de su hogar, Como si fuera algo que debiera hacer se giró para mirar al Alfa recargado sobre el marco de la puerta sonriéndole con esa característica sonrisa que se contagia.
Su corazón empezó a latir como loco y eso lo confundió de sobremanera.
— Pasemos— Exclama adentrándose al hogar no queriendo pensar en cómo su corazón se había acelerado
—Padre Keene, ¿Puedes leer para mí? — Pregunta Miguel completamente ajeno en lo que provoca en el hombre más bajo
Robby prácticamente sonrió cuando escucho esa pregunta y avanzo rápido hacia el sillón agarrando su Biblia, se sentó y dejo que el Alfa se acostara también sobre el sillón recargando su cabeza contra sus piernas, cerró los ojos y el empezó a leer.
En algún punto de la lectura acaricio el cabello de Miguel sintiendo las suaves hebras azabaches del Alfa, se sintió tan bien.
Deseaba que el tiempo se hiciera más largo y que pudiera estar así un poco más, para permitirse de disfrutar de la compañía de soldado.
Le agradaba como el cabello le lucía tan bien, como sus rizos enmarcaban su rostro que a la vez podía hacerlo ver como un hombre joven y a la vez tan varonil como solo un Alfa podía lucir
"Eres un pecador por pensar así, recuerda lo que eres"— Su propia mente lo hizo apartar el mano avergonzado de sus acciones
Continuó leyendo hasta que vio que Miguel se quedó profundamente dormido, como se veía apacible durmiendo profundamente, Se quedó mirando al Alfa que estaba descansando sin aparente necesidad de despertar sobre sus piernas
Le gustaba Miguel, era un buen hombre, no lo podía negar, todo lo que él hubiera buscado en un pretendiente si no fuera sacerdote...
Era atento, servicial, un absoluto caballero, nunca había conocido a un Alfa así, y capaz no conocería a otro como él, de eso estaba seguro
Se quedó dormido poco después, ambos durmiendo sobre el sofá se quedó toda la noche hasta la mañana donde los primeros rayos de sol hicieron que uno de los dos se despertara.
Miguel fue el primero en levantarse, un poco entumecido por la posición en la que durmió observó al Omega sentado con su cabeza hacia atrás también durmiendo profundamente

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Efimero
Teen FictionEl Diablo encarnado en un soldado, o así piensa el, lo invita a pecar mientras que con sus manos que tienen un rosario en mano reza intentando desaparecer aquel espíritu maligno intruso en sus pensamientos... Porque un sacerdote solo tiene vida par...