🎸 Capítulo 2 🎸

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VALERIE SAND

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VALERIE SAND

Me acurruqué en mi cama, pensando en que no quería salir de ella jamás. Dejé escapar un gruñido cuando mi alarma sonó una vez más. Ésta era diferente a la que me avisaba que debía irme al bar. La odiaba porque era la que me daba el aviso de que debía levantar mi trasero para ir al instituto.

«Piensa en la siesta que dormirás cuando vuelvas, Valerie», me dije mentalmente a modo de motivación. No funcionó del todo.

Un exagerado bostezo escapó de mí, al mismo tiempo en que me estiraba. Con un esfuerzo monumental, logré levantarme de la cama para dirigirme al baño. Decidí darme una ducha rápida con el objetivo de despertarme al menos un poco más. Parecía un zombie. Uno muy perezoso y dormilón.

Escogí una camiseta blanca que se ataba al frente y me puse un suéter azul oscuro de tela bastante fina que llegaba un poco más arriba de mi ombligo. Me puse unos pantalones de mezclilla algo desgastados y con algunas partes rasgadas en las rodillas, mis botas negras que usaba prácticamente todos los días de mi vida y una cadena no muy gruesa que solía usar como cinturón. No cumplía de manera exacta esa función ya que el pantalón me iba perfecto pero se veía muy bien a mi parecer. Le pedí mentalmente a mi pulso que me ayudara con la siguiente tarea, que era delinear mis ojos. Dibujé una línea sobre mi párpado que terminaba en una cola. Me encogí de hombros, algo satisfecha al ver que no había quedado tan mal.

Coloqué alrededor de mi cuello uno por uno los cuatro collares que usaba a menudo. Iban del más corto al más largo. El primero era uno de plata que decía mi nombre con una linda letra cursiva, el segundo una pequeña espada que compré simplemente porque me gustó, el tercero una linda mariposa azul que me regaló mi madre cuando era niña y el cuarto era una guitarra roja, solo que a la mitad. Éste último lo compartía con Zyan y él tenía la otra mitad. Cuando los acercábamos, se unían ya que llevaban pegados unos pequeños imanes.

Y hablando de Roma... Un mensaje de Zyan hizo vibrar mi teléfono en la mesa de luz. Lo tomé rápidamente para ver qué decía, aunque ya supiera.

Zyan 🎸❤: Ya estoy afuera, espero no estés durmiendo porque no escuchaste la alarma. Subiré y te arrastraré de la cama hasta el coche si es así.

Solté una risita antes de responder.

Valerie: ¿Puedes superarlo? Solo pasó una vez.

Zyan 🎸❤: Multiplicada por un millón.

Valerie: ¡Ahora bajo! ¡Maldito exagerado!

Agarré mi bolso donde guardaba mis cosas del instituto, salí del apartamento, me metí en el ascensor y en cuanto éste me dejó en el primer piso, salí del edificio hasta llegar a la calle, donde, en la acera de enfrente, me esperaba Zyan ya subido en un su Jeep de color rojo. Todo lo que tuviera con él era de ese color o negro. Que no se notara que eran sus preferidos.

Nuestro concepto de amor ✔ | Destinos Escritos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora