Valerie Sand, una chica que nunca tenía las agallas suficientes para convertirse en quien realmente quería ser.
Zyan Price, un apasionado guitarrista que siempre que comenzaba a escribir una canción, no era capaz de terminarla.
Y una pregunta, tan...
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VALERIE SAND
Me miré en el gran espejo que había en los baños del bar. Tenían plasmado el mismo estilo, ya que las paredes estaban forradas con papel tapiz de diversos artistas. Las fotografías eran en blanco y negro y ayudaban a resaltar las puertas de los cubículos, que eran de un rojo oscuro.
El espejo frente a mí estaba rodeado de pequeños focos de luz. Me había cambiado de ropa, ya que apenas cerrara Melomania Bar, me iría con Jaxon hacia algún lado. Fue difícil escoger un atuendo, pero finalmente hallé algo entre la poca ropa que tenía aquí. Me metí a un cubículo para más privacidad. Subí las medias de red color negro por mis piernas para luego hacer lo mismo con un pantalón mezclilla que tenía roturas en algunas partes y dejaba ver las medias que traía debajo. Opté por una camiseta corta de color azul que se ajustaba perfectamente a mí y mis notas negras de siempre, aquellas que amaba tanto.
Salí del cubículo y me miré al espejo una vez más.
«No me convence la camiseta», pensé.
Me gustaba, pero quería verme más espectacular. Busqué en mi bolso si traía algo más. Solo había una camiseta corta, un poco suelta de color negro con el logo de la banda Metallica. ¿Debería usar algo así para una cita? La mayor parte de mi armario era así, además de ser como vestía todos los días de mi vida. También debía admitir que me gustaba mucho más que la anterior.
«Al diablo, iré con esta».
Dejé mi bolso en mi casillero y ayudé a mis queridos jefes a acomodar antes de cerrar el bar. Con algo de nervios, observé a Jaxon ayudar a sus compañeros de banda a guardar sus respectivos instrumentos en esa furgoneta negra en la que se transportaban como banda.
—¿Vamos, amor? Todo listo —me dijo papá, meneando las llaves de nuestro apartamento.
—Yo no iré a casa aún —contesté, casi en un murmullo.
—¿Irás con Zyan a algún lado? Él se fue hace unos minutos.
Negué y tragué saliva. Esperaba no le molestara que saliera con el vocalista de su nueva banda.
—Jaxon me invitó a salir —solté sin más.
Su boca formó una línea recta. Sus ojos azules buscaron a Jaxon.
—Esa versión punk moderna de Bon Jovi no me ha pedido permiso para invitarte a salir.
—¡Papá!
Miré el rostro del rubio. Mierda, sí se parecía a la versión joven de Jon Bon Jovi.
«Cada vez me gustas más».
—¡Es la verdad! Tendría que haberme avisado que trataría de conquistar a mi única hija —dijo indignado.
