🎸 Capítulo 27 🎸

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ZYAN PRICE

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ZYAN PRICE

Supe que quería subir con Valerie a ese escenario desde el primer momento en que Saray lo sugirió. Algo en su tono de voz me hizo saber que no era verdad que su hermana así lo había solicitado pero la curiosidad que sentí por saber el motivo de su mentira y los repentinos nervios de Val me motivaron a insistirle. Quería cantar con ella, quería que todos la oyeran, quería que dejara ese miedo atrás y se mostrara como realmente era, porque no había nada mejor que Valerie Sand en su mayor esplendor.

Lo que no sabía, era lo que iba a sentir mientras cantábamos juntos. Ya lo habíamos hecho incontables veces, pero hoy algo era distinto. Me frustraba un poco no saber el qué con exactitud pero de todos modos me gustaban las sensaciones que me atravesaban mientras sus ojos color avellana me miraban al mismo tiempo que los míos también. Y no solo nos mirábamos de la manera más normal posible, como siempre se había hecho, nos veíamos mucho más allá. Mis manos temblaban y cosquilleaban cada vez que ella cantaba su parte con esa preciosa e hipnotizante voz, sin quitar la mirada de mí. No lo hacía. No miraba a otro lado. Parecía que solo ella y yo estábamos en ese lugar.

A pesar de haber conocido a profundidad esa canción hacía unos diez minutos atrás antes de subirnos al escenario, algunas estrofas se sentían personales en cuanto al entorno.

“Lo único que sé desde ayer, es que todo ha cambiado…”

Sí, y en definitiva todo había cambiado. Ya nada era igual. Maverick tenía razón. Aquellos sentimientos que había tenido hacia Valerie habían vuelto, jamás habían desaparecido del todo y sobre todo, eran más fuertes que nunca. Eran jodidamente hermosos como raros.

Hermosos porque lo que ella me hacía sentir con solo posar su mirada sobre mí era deliciosamente escalofriante, y raros porque los provocaba una persona que jamás creí que me haría sentir tales cosas; mi mejor amiga.

¿En qué clase de cliché se había convertido mi vida?

En ese cliché de película adolescente donde te gustaba tu mejor amiga, Zyan.

Sí, me vería como un completo idiota si trataba de negarlo. Tal y como había hecho todos estos años. Sin embargo, decir que “me gustaba” no parecía ser suficiente. No lograría expresar ni la mitad de todo lo que sentía.

¿Y cómo hacerlo?

Pues, a mí manera.

Valerie Sand se sentía como una canción. Podían haber miles canciones existentes que me hicieran pensar en ella, pero en definitiva se sentía como una que no existía aún, pero que ansiaba ser escrita. Una que lograba que se apoderara de mí la sensación de haberla escuchado tantas veces en mi cabeza, en mis sueños, en cada instante que pasé a su lado.

Ella era de esas canciones que detenían tu alocado mundo por unos minutos, te hacían inhalar una bocanada de aire fresco, cerrar los ojos y sumergirte en una lenta, cálida y dulce melodía hasta que se detenía por unos cortos segundos y un atrapante solo de guitarra envolvía tus oídos, elevándote en el aire, sacando cada sentimiento a flote.

Nuestro concepto de amor ✔ | Destinos Escritos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora