🎸 Capítulo 28 🎸

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VALERIE SAND

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VALERIE SAND

Moví el lápiz de arriba a abajo con cierta frustración. Ésta se debía a dos cosas: no sabía qué escribir y las dos personas que se encontraban en la misma habitación que yo no me dejaban concentrarme en mi tarea. Quedaban solo dos semanas y media para entregar aquel maldito trabajo de literatura y aún no sabía qué responder a esa estúpida pregunta que tanto me complicaba la existencia. Sin mencionar el hecho de que se trataba de Daryl y Say cuando dije que no me permitían concentrarme.

Solté un bufido, mirándolos con mala cara a ambos. Ellos estaban sentados en mi cama, hablándome mientras yo me encontraba en mi escritorio con un increíble mal humor.

—Sé que te tenemos harta —dijo Daryl—, pero aún no puedo creer que hayas huido de él y sobre todo, hayas evitado todo tipo de encuentro desde el beso.

—Zyan se anima a besarte y tú solo lo evitas, ahora pensará que no querías que sucediera —agregó Say.

Me quedé pensativa y mi corazón se aceleró. No lo había pensado de esa forma. Ahora me sentía estúpida en muchos niveles. Aunque una parte de mí, pensó que sería imposible que Zyan creyera que aquel beso no me había gustado, ya que le había correspondido de la manera más salvaje e intensa que pude. Sin embargo, puede llegar a sentir que estoy arrepentida debido a que lo había estado evitando. Otra vez.

Tampoco había hablado con él desde que habíamos llegado a Brooklyn. Y eso había ocurrido hacía ya dos días. ¿Por qué? Pues, me ponía roja de solo pensarlo. No podía verlo a la cara. Me daba vergüenza y sobre todo, muchas más ganas de volver a besarlo.

Oh, Valerie. ¿En qué te habías metido?

Además, se sentía tan extraño… Había besado a algunos chicos en mi vida, pero jamás me había sentido de esta forma con ninguno de ellos. Zyan había provocado algo en mí que no era capaz de describir. No podía dejar de repetir ese beso en mi cabeza y cada vez que lo hacía, aquellas cosquillas se depositaban en ni estómago para deslizarse hacia cada rincón de mi cuerpo. Incluso podía sentir sus manos firmes en mi cintura como en ese momento.

¿Él se sentía de la misma forma? ¿Estaba arrepentido? ¿Yo le había hecho sentir que rstana arrepentida al estar evitándolo? ¿Las cosas cambiaron entre nosotros? No lo sabía. No tenía respuesta a ninguna de esas preguntas.

Tal vez las tendrías si hablaras con Zyan en lugar de ignorarlo.

No, aún no estaba lista para eso y sí, definitivamente estaba perdiendo la cabeza.

De pronto comenzó a hacer calor.

Todo por culpa de ese maldito beso.

Suspiré y miré a Daryl.

—Lo diré sin rodeos —respondí—, no tengo la suficiente valentía para volver a verlo a la cara. Por lo tanto, me iré del país.

—Esconderé tu pasaporte —dijo Say.

Nuestro concepto de amor ✔ | Destinos Escritos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora