🎸 Capítulo 40 🎸

5.3K 482 59
                                    

VALERIE SAND 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

VALERIE SAND 

Domingo, a menos de veinticuatro horas de la entrega del ensayo de Literatura.

Habían pasado dos días desde mi charla con Zyan. Dos días que me había tomado para pensar en absolutamente todo. Todo lo que tuviera que ver con nosotros y nadie más. Dos días en los que me había dado cuenta de que no me dejaría vencer por el miedo. Lo nuestro podía con eso, con los hermanos Grey y con mucho más. 

Miraba atrás y no podía creer todo lo que había sucedido en tan solo unos meses. 

Tal vez sonaba estúpido, pero quería resumirlo de la siguiente manera: antes no sabía cuál iba a ser mi respuesta a esa pregunta que estaba al final del ensayo. Hoy, sabía cuáles serían las palabras porque mi mejor amigo de toda la vida me había ayudado con ello. ¿Cómo? Pues, él era la respuesta. 

Zyan Price era la respuesta. 

Además de ser el chico que tocaba suavemente a mi ventana con una sonrisa en el rostro, interrumpiendo mis pensamientos. Sonreí al verlo. Me levanté de la silla que se encontraba a un lado de mi escritorio y abrí la ventana. Él entró de un salto, con su nueva camiseta de Foo Fighters (ya que Jaxon le había roto la anterior) y su guitarra Española a un lado.

—¿Qué haces aquí? Se supone que nos veríamos esta noche —dije luego de que él depositara un corto beso en mis labios que me había descolocado por completo. 

—Tengo algo para ti. 

—¿Algo para mí? —pregunté, curiosa. 

Zyan no respondió, solo se dedicó a tomarme de la mano y hacer que me sentará en el suelo. Él se sentó frente a mí. Colocó la guitarra en su regazo y creí sospechar qué era lo que iba a hacer. Me puse nerviosa. Pero eran nervios de los buenos. Cuando algo lindo iba a suceder. 

Lo noté nervioso, lo vi en esa sonrisa torcida que me ofreció antes de comenzar a tocar los primeros acordes. Una melodía dulce e hipnotizante provenía de la guitarra mientras él deslizaba sus dedos por sus cuerdas. Una melodía que no conocía en lo absoluto, porque no era un cover. 

Oh, Dios. 

Sí, era su canción. 

Aquella que había escrito para mí. 

Tenía razón cuando dijo que Iris de Goo Goo Dolls sería la última última que me dedicaría, porque la próxima sería una escrita por él. 

No pude evitar sonreír, y sonrojarme ante esos ojos azules que me miraban. 

It could not be a coincidence
[No podía ser casualidad]
It couldn't be a coincidence that my heart beat like crazy every time you looked at me
[No podía ser casualidad que mi corazón latiera como loco cada vez que me mirabas]
It could not be a coincidence that my eyes shone with desire everytime you approached 
[No podía ser casualidad que mis ojos brillaran con deseo cada vez que te acercabas]
And above all, it could not be a coincidence that my skin bristled every time you touched yourself
[Y sobre todo, no podía ser casualidad que mi piel se erizara cada vez que me tocabas] —comenzó a cantar con esa dulce voz que tanto me gustaba. 

Nuestro concepto de amor ✔ | Destinos Escritos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora