Valerie Sand, una chica que nunca tenía las agallas suficientes para convertirse en quien realmente quería ser.
Zyan Price, un apasionado guitarrista que siempre que comenzaba a escribir una canción, no era capaz de terminarla.
Y una pregunta, tan...
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Advertencia: Este capítulo contiene escenas sexuales explícitas. (+18)
VALERIE SAND
¡Era una tonta!
Muy tonta.
Desde hacía dos días que no podía dejar de pensar en lo cobarde que era.
Luego de la canción que Zyan había elegido, mis ganas de besarlo eran más grandes que nunca. Era una mierda cuando tenías muchísimas ganas de hacer algo pero no te salía hacerlo. O más bien, no te atrevías a hacerlo.
No solo era el miedo de arruinarlo todo, también estaba el hecho de que me sentía tímida. ¿Por qué? Ojalá saberlo. Tenía muchas ganas de mandar la apuesta al demonio pero me faltaban agallas. No me podía creer, a estas instancias, que quisiera besar a nada más ni nada menos que a Zyan Price. Mi mejor amigo desde la infancia. Aquel niño que escondía sus calcetas sucias en mi mochila antes de irme a la escuela. Aquel chico que siempre se metía a escondidas a mi habitación para que habláramos y escucháramos música toda la noche.
Ahora solo deseaba que se metiera a escondidas en mi habitación para besarme toda la noche.
Mierda.
Me quedé mirándolo embobada mientras pensaba en todas estas cosas. Él jugaba con su guitarra sentado al borde del escenario de Melomania Bar mientras Blake y Levi le hablaban de algo. Dejé de mirarlo y fingí que buscaba música en el ordenador cuando noté que los tres se estaban acercando.
Los tres se sentaron en los taburetes frente a mí y me sonrieron. Me estremecí por completo cuando el perfume de Zyan llegó a mis fosas nasales. ¿Por qué tenía que oler tan bien? Tan adictivo.
Todo él lo era.
—Será una locura —dijo Levi con entusiasmo.
—Quitando las mesas, habrá mucho espacio —agregó Blake.
Zyan los miró con extrañeza.
—¿De qué hablan?
Blake volteó los ojos y Levi suspiró.
—Te lo estábamos contando en el escenario —contestó Blake.
—Wyatt y Cooper nos dieron permiso para que Midnight Moments organice una fiesta aquí, en el bar —contó Levi—. Se vendieron entradas y será una locura. —Guiñó un ojo en dirección a Zyan.
—No pensé que hablaban enserio —contestó—. Idiotas.
Fruncí el ceño ante su reacción.
—¿Qué tiene de malo? —pregunté yo, mirando a Zyan—. A mí me parece una buena idea. —Me encogí de hombros.
—Nada… —comenzaba a responderme Zyan pero Blake lo interrumpió.
—Hay que festejar —dijo, guiñándole un ojo a Zyan tal y como lo había hecho Levi.
